El domingo, al final de la necesaria carta de Arcadi Espada. A vueltas con la tal Maestre y su asalto a una capilla católica. La clave de todo es esta: "Un tribunal que distinga entre la libertad de expresión y la
libertad de escrache. Y que entienda que la paralización violenta de una
ceremonia, sea el rezo del Ángelus o sea la audición del himno en el Estadio no
es un acto contra la religión ni contra el Estado sino un acto contra la
libertad, que como tal debe castigarse."
Y poco más.
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