Esto de Sofi Oksanen, en El Mundo ayer: "Tras la caída de la Unión Soviética, Rusia nunca rindió cuentas con su pasado como hizo Alemania, por lo que las viejas ideas seguían vigentes."
Seguir reivindicando la Unión Soviética y el horror de aquel pasado es una de las claves de la tremenda situación rusa actual. Y esto vale también para nuestra patética izquierda.
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