María Martinón el otro día en El Mundo, a vueltas con su Homo imperfectus. Esta reflexión sobre la longevidad: "Ser una especie muy longeva ha sido fundamental para nuestro éxito, pues ha favorecido un mayor cuidado de las crías. Pero tiene una importante contrapartida: desarrollar una serie de patologías, como cuadros neurodegenerativos, alzhéimer o cáncer, que son más comunes en edades avanzadas. Ése es un precio que pagar: vivimos más años, cuidamos más tiempo de las crías, pero disminuye nuestra capacidad de reparación del daño de las mutaciones malignas, que, mire qué importante, suelen suceder lejos del periodo fértil, cuando podrían impactar en la reproducción y en la supervivencia de la especie".
25.6.22
Imperfectos y longevos
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