1.6.22

¿Débiles y decadentes? ¿De verdad?

Johan  Norberg a mediados de abril en El MundoLos déspotas siempre confunden la democracia con debilidad, porque la gente de los países liberales se preocupa por sus trabajos, por sus familias, no por librar guerras del pasado. Napoleón despreciaba a los británicos como una nación de tenderos, Hitler consideraba que la guerra era una batalla entre los héroes germanos y los blanditos del resto de Occidente... Y lo mismo pensaba Putin: nos veía como gente decadente, incapaz de defenderse ante la maquinaria rusa. Pero todos esos tiranos se equivocaban: las culturas individualistas y abiertas tienen una tremenda fuerza oculta. Si sentimos que nuestras libertades están amenazadas, que lo que todos disfrutamos de forma individual está en riesgo, reaccionamos de forma colectiva con una fortaleza sorprendente.

Democracia no es debilidad...




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