1.9.23

El barco como horror.

Cita Alain Corbin en El territorio del vacío otra obra suya de 1982 (Le miasme et la jonquille) en la que analiza el barco como “el lugar maléfico por excelencia. En sus entrañas de húmeda madera se acumulan las fuentes de fermentación y putrefacción; en el fondo del negro y hediondo pozo de la cala, la sentina concentra todas las miasmas. Se piensa que de los navíos surge frecuentemente la infección, asciende la epidemia. El barco en el puerto amenaza la salud de la ciudad. En el mar, pudre a los marineros. La travesía impone el escorbuto... La mar misma está podrida.” 

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