25.4.24

Cervantes de León

Un Cervantes de León, el entrañable  Luis Mateo Díez. El sábado en el Cultural en ABC, una entrevista muy interesante, de la que destaco estas dos preguntas:


¿Cree, como Rilke, que la verdadera patria del hombre es la infancia?

—La infancia es irremediable. Me gusta más lo que decía Pavese: la infancia es el tiempo mítico del hombre. Es el tiempo de las cosas primigenias, de las novedades, de las primeras impresiones, los primeros afectos, el tiempo de una luz concreta, de una manera primitiva de ver las cosas. Eso nos marca totalmente: somos lo que fuimos. El niño que fuimos nos persigue toda la vida. A veces con mucha condescendencia, y a veces, en mi caso, nos genera problemas


Pero usted vive rodeado de amigos.

—Soy un hombre de amistades. Y la amistad es para mí el bien mayor de la humanidad, por encima de todo, hasta del amor. Porque además el gran amor está constituido de amistad. Un amor sin amistad yo no sé lo que es. He vivido feliz rodeado de amigos. He sido una persona muy consentida. La gente siempre ha estado a gusto conmigo y yo a gusto con la gente. Son maneras de subsistir, formas de curarse de la precariedad que uno tiene dentro. 


cuento mi descubrimiento del ‘Quijote’, que llegó a mi vida siendo niño, curiosamente, en la voz de uno de mis maestros. Yo soy un defensor acérrimo del magisterio, de los maestros que tuve en mi infancia. Sin ellos, no sería lo que soy.

1 comentario:

Malcontent dijo...

Hermosa respuesta.

Tristemente creo que pasamos de una infancia aristotélica (el asombro primordial ante el mundo) a una madurez y vejez cartesiana (la sospecha como eje hermenéutico).