Esto de Cuartango, el lunes en ABC. Europa como aspiración, y la figura de Marc Bloch como guía. Un mundo en el que vivir y por el que morir: "En un mundo presa de la barbarie más atroz, la generosa tradición de los profetas hebreos que retomó y amplió el cristianismo en su vertiente más pura, ¿no sigue siendo una de nuestras mejores razones para vivir, creer y luchar?»"
31.1.25
5.12.24
Donde todo acaba
Allí acababa el mundo. Un lugar sin inicio y sin fin, en la pluma del maestro Cuartango. A veces imagino viajar a ese país extranjero que es el pasado y dejarme caer por estos sitios, contar esas vidas...
19.6.24
El futuro
Cuartango, el otro día en ABC hablando de Alvise: Hace algún tiempo leí una frase, cuyo autor no recuerdo, que decía que la única predicción acertada sobre el futuro es que siempre nos sorprende. Nada sucede según lo previsto. El cambio se acelera y la volatilidad gobierna nuestras vidas.
Pues eso...
22.11.22
Notas sobre el Mundial
Esto de Cuartango, el sábado pasado en ABC: "La vida ha pasado y el fútbol sirve para constatar el transcurso vertiginoso del tiempo. Lo daría todo por revivir la ilusión de aquella noche con mi padre hace 60 años. "
Y esto de Pedro Simón, también el otro día en El Mundo. Lo que supone un Mundial. Y saber que cada vez nos quedan menos: "Un Mundial son más tus hijos que tu padre. Sobre todo si tienen entre 12 y 15 años, porque ese es el Mundial que no van a olvidar jamás, el que les abre los ojos: el mío fue el de México '86. Que tengas un hijo que apunta los resultados y los goleadores en un cuaderno como hiciste tú."
Es esto...
25.1.22
Cioran
El maestro Cuartango nos recordaba el otro día en ABC una reflexión de Ciorán, quien sostenía que el rencor proviene del hecho de no haber podido alcanzar lo que siempre hemos deseado ser…
Qué cosas…
11.2.21
Aquel mundo que se va
El maestro Cuartango ayer en ABC, a vueltas con la muerte de David Gistau y ese mundo que ya ha desaparecido. Ese futuro que intuyo cuando llego a la mi tierra cada vez que voy: "Cuando volvía a la mañana siguiente a Madrid en mi coche, me detuve en un área de descanso de la autovía que hay antes de llegar a Briviesca. Está en un promontorio y ofrece la mejor vista de la comarca de La Bureba, enmarcada por los montes Obarenes. Veía el ziz zag de la carretera que asciende a Frías, donde antaño sobrevolaban los buitres. Y, en lontananza, Poza de la Sal, el pueblo de Félix Rodríguez de la Fuente, al que yo conocí en mi niñez en un bar al que había entrado con un halcón en el brazo.
Sentí que el mundo de mi infancia, cuando yo recorría los pueblos de La Bureba con mi tío, había desaparecido para no volver. El pasado era una pesada losa imposible de levantar. Mi tío Ventura, por el que tenía un gran afecto, había muerto hace muchos años al igual que mi padre y otros muchos de su generación. Aquel paisaje ya no significaba nada, me era ajeno, tan sólo un doloroso testimonio de demasiadas lejanías."
Nuestros mundos. Los que se van... Hoy comentaba como mi Lord Chisum que se van los nuestros. Soñábamos con envejecer en la nuestra tierra y quizá ya no quede nadie...