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4.7.22

Pandemias

Luis Enjuanes en El Mundo el otro día: habrá que irse acostumbrando a las pandemias, esto va a ir a más, no a menos; pero saldremos adelante, claro que sí... 

17.3.21

Vendra la muerte y tendrá tus ojos (y IV)

 Rematando "El jinete pálido". Algunas cosas finales.

En Alaska se le llaman la Gran Enfermedad, y mató a entre una cuarta parte y la mitad de los esquimales de Alaska occidental, muchos de los cuáles seguían pensando -por cierto- que eran rusos. 

Un siglo después, no sabemos bien dónde empezó, pero sabemos que no empezó en España, pudo ser en EEUU, en China o en el frente de la guerra. Sabemos que este tipo de virus siempre da el salto a través de un animal intermedio e intuimos que hay un componente genético en las enfermedades infecciosas, aunque no lo comprendemos bien. 

Quizá fue la India el país con más muertos, -entre 13 y 18 millones de indios-, un territorio que era una colonia (esa sí) y en la que el gobierno británico siguió exportando trigo durante la pandemia, con la población muerta de hambre, al menos hasta octubre, lo que generó entre otras cosas  la matanza de abril de 1919 en Amritsar. Una matanza de la que no se oye hablar nunca, porque ya se sabe que esas cosas solo las hacían los españoles en América

En fin, la pandemia del 18 demuestra que el impacto de una enfermedad depende del mundo y del entorno cultural en el que se desarrolla. Un ejemplo es China, aunque no tengamos muchos datos: el culto a sus muertos facilitó la expansión del virus hasta límites insospechados. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que aquel era el mundo más eurocéntrico de la historia, el resto no existía.  

Los hijos de la gripe: un bebé nacido en 1919 era más bajo que la media, tenía menos posibilidades de graduarse y de ganar un buen salario  y tendría más dificultades de salud a lo largo de su vida. 

El tema del campo, de la vida sana, del culto al cuerpo, en el fondo de toda la morralla nazi, esta relacionada con la gripe de 1918; la obsesión por espacias abiertos y bien venir dados. A mayores, la pandemia abrió la puerta un cierto sistema sanitario.  

Una anécdota: el bisabuelo de Trump que emigra a EEUU muere de gripe española, como tantos otros...  


Un librazo. 

16.3.21

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos (III)

Algunos elementos más del magnífico libro sobre el jinete pálido, de Laura Spinney. Elementos sobre China, sobre la mi Zamora y sobre Nueva York

Los modernizadores chinos de las primeras décadas del siglo XX lucharon con denuedo contra toda la bobada de la medicina tradicional. El diagnóstico fue, en medio de la pandemia, demoledor: "nuestros médicos no entienden de ciencia" escribió en 1915 uno de los líderes de la Nueva Cultura, un movimiento fascinante de jóvenes turcos a la china y que tuvieron claro que la modernización era la occidentalización.

La mi Zamora, con un obispo moderno llamado Antonio Álvaro y Ballano. Senador del Reino y hombre culto, no dejó de ser un hombre de su tiempo, responsable en parte de que la gripe se llevara por delante al 3% de la población de la ciudad, el doble de la media española. Las misas y las procesiones no era, ahora lo sabemos, la mejor manera de luchas contra el virus. Pero hay que entender, está claro, que para muchos españoles -y europeos- aquello que no se podía ver era un castigo de Dios. Y no olvidemos que los primeros antivirales -como recuerda la autora- no llegaron hasta los años sesenta.

En fin, los problemas para entender lo que pasa cuando la gente no ve la enfermedad. Ahí juegan un papel muy importante los líderes. El ejemplo del comisario de sanidad de Nuova York Royal S Copeland, se dio cuenta de que los que vivían hacinados eran los que peor lo pasaban. Hay que tener en cuenta, a mayores, que cuatro millones y medio de italianos llegaron a Estados Unidos entre 1880 y 1920. Fue clave en aquella época el papel que los periódicos jugaron en las comunidades pobres, alguien alfabetizado se lo leía a la comunidad, como pasó con los italianos con  Il progreso Ítalo-americano.


5.3.21

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos (II)

Una de las cosas más interesantes del Jinete pálido es que se publicó coincidiendo con el centenario de la gripe, sin pensar lo que vendría después. 

Las oleadas fueron tres:

- Todo -parece que- comenzó el 4 de marzo de 1918 cuando un recluta de un campamento militar en Funston -Kansas- se acercó a la enfermería por lo que parecía ser una gripe. La pandemia viajó desde aquel día por todo el planeta; en España incluso enfermó el rey, pero a finales de junio -llevándose por delante a Julián Juderías, por cierto, pareció remitir, aunque no llegó a desparecer. Pero más de los soldados británicos enfermaron aquella primavera. 

- En agosto regresó transformada. La segunda oleada fue la más letal. A mitad de mes la gripe estaba en el triángulo formado Sierra Leona, Boston y Brest y se movió por el movimiento de las tropas. No es extraño que aquel otoño fuera el más terrible. 

- La última oleada, empero llegó en enero de 1919 y desapareció sin dejar rastro a los pocos meses. 


4.3.21

Vendrá la muerte y tendrás tus ojos (I)

Magnífico El Jinete Pálido, de Laura Spinney. De lo mejor de este año. Algunas cosas de interés, que luego se me olvidan. 

- El legendario trancazo, la a gran gripe rusa de 1889 mató al menos a un millón de personas al menos -entre ellos a nuestro Amadeo I-. Sin su influencia no se entiende, señala la autora, el clima de cinismo y hastío del final de siglo. 

- Nadie había visto un virus en 1918 y nadie sabía  bien lo que eran. La ciencia los conocía por sus efectos, pero faltaban décadas para que aún pudieran verse a un microscopio. Quizá por esto, para la cultura popular los virus seguían siendo, como pasó con el trancazo, un castigo de Dios. 

- Aquel era un mundo cercano al nuestro pero, a la vez, sensiblemente lejano. La población era muy poco saludable en todo el mundo, no solo en España. Interesante lo del "horrible ejemplo" que cuenta la autora: de los 3,7 millones de soldados sometidos a reconocimiento médico por los Estados Unidos, unos 550.000 fueron declarados no aptos, y la mitad del resto tenía alguna deformidad o problema físico. Aquello convivía, en todo el mundo, no solo con una formación muy deficiente de los médicos, sino con una legitimidad de todo tipo de supercherías y supersticiones paramédicas.  



11.3.20

Ideología, ante todo

Es aterrador que el gobierno (¿?) permitiera la concentración de la izquierda feminista en Madrid sabiendo lo que ya sabían de la tasa de contagio del COVID-19. Aterrador. Como aterrador es que el ministerio de Sanidad se guíe por criterio políticos a la hora de acordar cierres o aperturas, como parece que ha pasado con Madrid. Quizá es que sí nos merecemos un gobierno que nos mienta. En fin, quizá porque optamos por el gobierno de cuotas en vez del gobierno de los mejores, como dice hoy Iñaki Gil en El Mundo.