13.10.08

Llegamos a Alemania, el viernes 10

El avión llega a Düsseldorf. Hay estación de tren en el mismo aeropuerto. Y digo de tren, no de cercanías. Eso es intermodalidad y lo demás son bobadas. Los ferrocarriles alemanes son una leyenda. Y he podido comprobar que con razón. Ninguno se retrasó ni un solo minuto. En poco más de una hora llegamos a Muñiste. Hace otoño. El antiguo perímetro de la muralla ha sido reconvertido en un paseo verde, así que nos acercamos dando un paseo al hotel. El otoño es tonalidad o no es nada. Los que abrimos los ojos en la Castilla periférica hemos aprendido a diferenciar un ocre de un amarillo por el color de las hojas en octubre. El paisaje se me vuelve nostalgia; pocos otoños más hermosos que estar sentado en un lateral de la Iglesia de Escuredo mirando la sierra. Como la recepción no es hasta las siete, salimos a conocer la ciudad. Muñiste tiene fama, en Alemania, de ser la ciudad de tamaño medio con más bicicletas por habitante y con mejor calidad de vida. No me extraña. Entramos a la Iglesia de San Lamberto y luego seguimos dando un paseo por el casco. La temperatura es muy agradable y es una delicia pasear por una ciudad con más peatones y ciclistas que coches. Hay algo invariable en las ciudades del norte de Europa que he ido visitando. Ese silencio en los espacios públicos, esa estética de casas apilada y de soportales elegantes, que permiten pasear en los meses de invierno. Tras la ruta, nos acercamos a la sede de la recepción, un edificio que es sede de una fraternidad estudiantes de esas que en España no hay. El autobús llega puntual. Apenas cinco minutos de recorrido. Jimena lo resuelve todo con su alemán de juventud, mucho más completo que el “esparcase” que le achacan las malas lenguas. Vamos conociendo a los invitados. Diversos corros de conversaciones. Los invitados provenimos, básicamente, de Alemania, Francia y España, pero hay gente de diversos lugares, orígenes y nacionalidades. Mi pobre inglés se va desentumeciendo. Como los invitados son gente de bien, compartimos enseguida impresiones y diagnósticos sobre la crisis económica y coincidimos en un análisis ponderado y objetivo sobre la solvencia intelectual de nuestro presidente de gobierno y de la izquierda española en general.
Es noche cerrada ya cuando regresamos al hotel. Mañana, antes de ir a la boda, queremos acercarnos al mercado que se celebra los sábados junto a la Catedral.

PS: "Pero la soberanía del viajero no puede despreciarse. Sólo un forastero, el que acaba de llegar, alguien no amilanado por la costumbre, es capaz de describir la impresión primera de un puerto, de una avenida, de un río entre los árboles". Espada, Arcadi:
Ebro/Orbe. Tentadero, Barcelona, 2007. Página 48.

6 comentarios:

Unknown dijo...

tomo su sentencia de: "que bien se vive con una cantidad razonable de dinero"
Me parece muy acertado lo que dice Arcadi Espada sobre la impresión del viajero. Tanto para la bueno comp para lo negativo, la diagnosis del recién llegado es molt important. Como en los olores y los sabores, al paladar si no se le da variación acaba por no apreciar.
Por cierto, me permito corregir el link de Escuredo:
http://es.wikipedia.org/wiki/Escuredo

Anónimo dijo...

Dicen que Düsseldorf es una ciudad digna de ver. Toda esa parte de Alemania es tierra incógnita para mí, aún. Y sobre los trenes alemanes y su leyenda, en general funcionan bien, sobre todo los regionales. Casi imposible ver en España trenes que conecten dos ciudades relativamente próximas un domingo a las 12 de la noche. Pero la alta velocidad aquí es un concepto discutido y discutible, incluso en las vías más modernas, como las que unen Nuremberg y Munich, la velocidad máxima no supera los 230 km/h. Por no hablar del este del país.

Veo que va bien la visita por tierras germánicas. Saludillos desde el sureste bávaro, amigos Perdiu y Jimena.

Anónimo dijo...

"Como los invitados son gente de bien, compartimos enseguida impresiones y diagnósticos sobre la crisis económica y coincidimos en un análisis ponderado y objetivo sobre la solvencia intelectual de nuestro presidente de gobierno y de la izquierda española en general"

¿cuando se refiere a gente de bien quiere decir gente encantada con el modelo de crecimiento económico que favoreció el anterior gobierno del PP y que cree que la crisis es culpa de Zapatero?

si es así desde luego no me extraña que coincidiesen en opiniones, y por supuesto, que éstas fuesen objetivas.

El Perdíu dijo...

Efectivamente, anónimo, me refiero a ese tipo de gente. Y cuando hablo del nivel de la izquierda en general es posible, sólo posible, que me estuviera refiriendo a gente como usted.
Cordialmente

Anónimo dijo...

O sea, gente de bien sólo puede ser la que vota lo que ustde?

El Perdíu dijo...

Bambi, que un anónimo no entienda la retranca con la que va una expresión, pase, pero que no lo entienda usted, me preocupa de veras...
¿Tuvo la izquierda alguna vez sentido del humor? Me temo que no...