6.2.09

De competencias, mentiras e incompetencias

Me quedé sin resuello mientras leía el suplemento Campus de esta semana en El mundo. Es sólo una intuición, pero le invito, lector, a que lea el texto, a ver si saca las mismas conclusiones que yo:

 

El diagnóstico al que hace referencia Fernández Liria tiene un elemento más de carácter filosófico, de definición, que económico. Y es que los estudiantes han visto signos que no les gustan en la redacción del borrador del Estatuto. 

«Aunque tenemos que contabilizarlo detenidamente, sólo hemos visto referida la palabra conocimientos una vez y, sin embargo, el documento recoge en muchas más ocasiones el aspecto competencial». El análisis es de Alfredo Almendro, presidente de la Delegación de Alumnos de la Universidad Complutense, que insiste: «Más que la literalidad, del documento, el problema es la lógica del mismo, que parece dar la razón a aquellas voces que hablaban de una Universidad mercantilizada».

 El Artículo 8.1 del borrador del Estatuto recoge los «derechos generales de los estudiantes universitarios». En el segundo de los 28 apartados que enumera, se establece el derecho a «la formación académica de calidad en competencias, habilidades y destrezas que correspondan a los estudios elegidos, así como la formación activa en valores de cultura democrática, tolerancia e igualdad, que permitan su educación integral como individuo». Por el contrario, los otros 27 derechos que se citan no aluden en ningún momento al derecho a la formación en conocimientos.

 ¿Es esto un simple matiz, un problema de términos sin importancia? Para los jóvenes que han plantado cara al Gobierno en el proceso de adaptación al Espacio Europeo es mucho más. «No nos damos cuenta de que los textos legales se mueven en el margen de términos exactos. Una palabra puede suponer una modificación básica», explica Víctor Moreno.

 Además, el problema lo detectan en el documento en general y no solamente en el apartado referido a los derechos. «No hay mención al derecho al conocimiento, se repite continuamente la formación en competencias, pero también se habla de contratos de estudios», dice Edurne Bagué, estudiante de Antropología de la Universidad de Barcelona. En suma, «todo un lenguaje mercantilista que recuerda mucho al mundo de la empresa». Y recalca: «Es como si fuese el Estatuto del Empleado. De los problemas reales no habla nada».

 

El caso es que me da la sensación de que todo el rojerío que se opone a la implantación del Proceso de Bolonia en nuestras universidades es una buena metáfora de la incultura y la pereza en la que ha caído la Universidad en España. Tengo la sensación de que confunden competencia, de competir en el mercado (primera acepción del DRAE), con competencia entendida como “Pericia, aptitud, idoneidad para hacer algo o intervenir en un asunto determinado” (segunda acepción del DRAE). Cuando se habla de competencia en los planes de estudios es obvio que la acepción a la que se hace referencia es la segunda.

Pero ahí va nuestra izquierda universitaria, con el desparpajo que da la incultura, proclamando que la “formación en competencias” es un lenguaje “que recuerda mucho al mundo de la empresa”, como si el tal Bagué y los que son como él hubieran visto de cerca, alguna vez, alguna empresa.

Como si la gente tuviera que salir, obligatoriamente, sin saber hacer nada, pero nada de nada, de la universidad.

Como si la universidad pública sirviera, al menos en ciencias sociales, hoy para algo en España.

Como si se pudiera enlazar alegremente la beca universitaria con la renta de ciudadanía procedente de la tasa tobin (o mejor, del reparto de dinero haciendo las cuentas como la Grandes) y así a vivir del cuento hasta la jubilación, tocando el bongó por los semáforos.

Con esta tropa de analfabetos ha de lidiar la Garmedia, quizá la única ministra que no lo es en razón de su sexo. Que no prepare informes y que se lleve únicamente a las reuniones con ellos un Diccionario de la Academia. Le va a ser más útil.


 

PS: Tantos años y tres lecturas después, y resulta que los tres mil muertos de las bananeras no fueron tales. El problema en realidad no es ese. El problema es pensar que en Iberoamérica no rigen las normas de la ciencia como en el resto del globo. Como cita Posada Carbó en el ensayo que les recomiendo, “el realismo mágico puede servir en la literatura, pero es el beso de la muerte para la historia y las ciencias sociales”. Pues eso

 

PD: "En suma, quienes estudiaban ingeniería en la Unión Soviética recibían una formación estrecha y trucada: algo intelectualmente empobrecedor, políticamente tendencioso, socialmente irrelevante y éticamente inaceptable".

Graham, Loren R.: El fantasma de ingeniero ejecutado. Por qué fracasó la industrialización soviética. Crítica, Barcelona, 2001. Página 115

3 comentarios:

Drizzt dijo...

No puedo dejar de sonreír con cierta ironía de lo que cuentas, cuando recuerdo los puestos en los que está la universidad española en las diferentes clasificaciones. Y lo peor, es que, probablemente, sino queremos ser el geriático de Europa, lo único que nos quede es la eduación. Pero por lo que veo, los alumnos no están por la labor.

Seguro que hay una asignatura donde los españoles somos campeones: juergas y cervezas. Si eso contribuyera al PIB, seriamos de los primeros del mundo.

Anónimo dijo...

ay que risa tia marisa.....

vivan los liberales de la nada que vienen a salvarnos de nuestras desdichas...
los mismos liberales de la nada a los que se les ha caido el mundo encima y no se han enterado
los liberales de la nada que sufren mucho por Cuba pero estan encantados con China
si fuera por los liberales de la nada los DDHH serian de la edad de piedra...claro como gays, mujeres e inmigrantes no dan beneficios o si......
en fin liberales de la nada
a ver que haceis para desfazer el entuerto ...estoy seguro de que privatizando el mar, la tierra y el aire lo arreglais en dos patadas
eso si...cuando a chinitos, rusitos e indios les de por consumir como los liberales de Norteamerica ya os veo privatizando Marte,Jupiter;saturno etc...`porque ste planeta no da para tanta Liberalizacion liberalizadora de la nada
de la UNI pues que decir es complicado:convive dos modelos el academicista/humanista de ciudadanos formados y repsonsables y el mercantilista/tecnico de obreros /patronos del sistema
lo ideal es que convivan por separado :quizas una Formacion profesional mas avanzada / una universidad dual con la posibilidad de especializarte en lo Laboral o en lo academico

de todos modos no se porque se preocupan tanto los liberales de la nada ( ellos que normalmente en la vida nacen con 15 km d eventaja respecto al resto, en el fondo lo que les interesa es que seamos una pandilla de matados para no competir con ellos a campo abierto y en iwaldad de condiciones..por eso esto de los masters le spone tanto porque sera una barrera mas para que los hijos de los obreros puedan acceder a las mismas opotunidades que los hijos de los liberales d ela nada
por ciero
cuantos de estos liberales de la nada han realmente emprendido algo que ya no estaba emprendido por sus progenitores
cuantos han hecho algo mas por la humanidad quye lo que harian para ellos mismos

arrieritos somos.....

Organicense
Instruyanse
pero sobre todo
CONMUENVANSE ¡¡¡¡¡¡
yo trabajo en un curre turbokapitalista y veo que mis compis , tan competentes ellos son analfabetos funcionales:eso si se saben de memoria

Anónimo dijo...

Álex, ¿no tiene acentos su ordenador, o es que no los sabe usar?

Su inteligente parrafada no tiene desperdicio ortográfico.