8.2.10

La Florida. Los Cañaverales (VII)

Hoy toca excursión. Por partida doble. Por un lado, nos recorremos la playa de South Beach. Hace un día magnífico. Mi General me explica la trama urbana de esta zona, hoteles y residenciales de alto lujo hasta donde termina la ciudad. El proceso de vaciamiento de los centros urbanos, tan magníficamente retratado, por cierto, por Kaplan en uno de sus libros más inquietantes. Esa destrucción del tejido urbano de la ciudad, tan presente ahora por cierto en Sanchinarro, en Madrid, y de cuyo impacto aún no me he recuperado cuando lo descubrí la tarde de Reyes. “Algunos de estos residenciales se alquilan por más de cien mil dólares”, me dice señalándome uno de los más altos. Todos miran hacia el mar. Aquí no hay nada más, al igual que en el levante español, pero, a diferencia de en mi país, aquí todo el mundo lo asume con naturalidad: si sólo hay mar y sol ¿qué hacer sino llenar el paseo de hoteles y viviendas?. Manadas, en fin, de jubilados y estudiantes nos acompañan en nuestro paseo.

Luego nos acercamos, obviamente en coche, a lo que los españoles llamaron Los Cañaverales de La Florida y que aquí todo el mundo conoce como los Everglades. Es un entorno inhóspito a más no poder. Hacemos una ruta por una parte minúscula de los cañaverales: cocodrilos, serpientes… no me extraña que los españoles de hace doscientos años pensaran que esta península de La Florida no servía para gran cosa: bestias salvajes y sol es lo que había por aquí.

Volvemos a South Beach y echamos allí el resto de la tarde, con una escapada para cenar con Mariano y Florencia, dos argentinos de origen italiano y que, como tantos otros compatriotas suyos, se ganan ahora la vida fuera de su país. Mañana quiero patearme la ciudad.

PS: […] "la toponimia es la fusión perfecta de lengua y paisaje, la evidencia de que el objeto designado no admite otra designación, de que entre el nombre y la cosa existe un vínculo granítico, secular. Por eso el nacionalismo no tolera que sus topónimos –porque son suyos- puedan traducirse al castellano".

Pericay, Xavier: Filología catalana. Memorias de un disidente. Barataria, Barcelona, 2009. Página 94

No hay comentarios: