24.3.14

En la muerte de un Presidente

Murió Adolfo Suárez. Un hombre al que yo, por tradición familiar, no debía de ser cercano. Pero hacerse mayor es también cuestionar los dogmas de nuestros padres. Un hombre fascinante, cuya vida y trayectoria me derribó hace años Gregorio Morán, como ya conté aquí. Un hombre que parece metafóricamente calcado, en efecto y como quiere Cercas, al General De La Rovere: el hombre que acabó creyéndose su destino.

Y en un día como hoy, le confieso desocupado lector que hace años que vinculo la figura del presidente Suárez, el hombre de la concordia, con aquella deliciosa canción que cantaban Victor Manuel y Ana Belén hace muchos años. Quizá porque en mi imaginario, el presidente Suárez es el hombre que se pasó media vida intentando quitarnos a los españoles "el desasosiego de nuestras entrañas", para hacernos "libres, pero con alas".



Que descanse en paz. Y que la tierra le sea leve. Y desde la gratitud de no haber sido un niño de otra postguerra, le digo con el corazón, gracias Presidente...

1 comentario:

Drizzt dijo...

Hola Perdiu, me quedo con su último párrafo.


Ayer hablaba con mi hermana exactamente en el mismo sentido. Yo, que tengo cuarenta años, tengo que darle las gracias a Suarez, y lo que consiguió articular, para que no fuera otro niño de posguerra.