Me llevé el número 63 de los Cuadernos de FAES a la playa un finde largo. Tengo tantas lecturas atrasadas que no sé bien por dónde empezar.. El caso es que me topé con una reflexión acerca de cómo se construye la realidad. Es una pregunta fascinante que nos asalta a todos los nos asomamos desde primero a la Facultad de Políticas. Hace unos meses el profesor Javier Redondo elaboró un artículo impecable sobre la materia, ahora publicado en abierto por la FAES, analizando cómo los medios construyen una metarrealidad política. O lo que ocurre cuando la audiencia sustituye a la sociedad. Hay que leérselo entero, pero le adelanto algunas joyas:
- La política mimetiza la puesta en escena que exige la televisión.
- Las redes sociales utilizadas como instrumentos de difusión de creencias y pareceres, imponen su lógica y operan como la cartelería en el periodo de Entreguerras.
- A la televisión le resultan muy útiles y provechosos los políticos y comentaristas que no callan. La política se convierte en una factoría de palabras, de opiniones con más prejuicio que juicio, un "torrente de tópicos" acompañados de luminosidad, aplausos, risas, música y abucheos. Lo mismo que con la verdad sucede con la coherencia: las contradicciones no penalizan. No hay tiempo para desenredar la madeja.
- Esto ya lo sabíamos, pero no está mal que nos lo recuerden: no hay democracia sin élites.
1 comentario:
Estaría bien que en este mundo líquido de meta-realidades (o lo que es lo mismo, quimeras) volviéramos a pronunciar y aceptar la revolucionaria frase de Chesterton: los huevos son huevos. Y desde ahí, caminar.
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