Me puse en un pispás con Un planeta de virus, de Carl Zimmer. Un ensayo breve y lúcido sobre los virus y el papel que (a estas alturas creemos que) juegan en nuestro planeta. Vivimos rodeados de algo extraño llamado y que no encaja bien con nuestras definiciones de vivo o muerto. Nos cuesta verlos -de un extremo a otro de un grano de sal, señala el autor, se podrían colocar un millar de virus del mosaico del tabaco- y por eso no los entendemos, pero tengo la sensación de que si tuviéramos unas gafas que los señalaran, nos daríamos cuenta de que están por todas partes. El autor repasa los virus más conocidos, como el rhinovirus -resfriado común-, la gripe o el virus del papiloma humano, y analiza también el papel que juegan en el equilibro de la vida en el planeta, con elementos como los bacteriófagos, para acabar hablando de pandemias y de cómo mitigar sus daños.
La tesis del autor es que los seres humanos somos en realidad mamíferos infectados de virus: los tenemos en nuestro ADN desde hace milenios y no seríamos lo que somos sin su interacción.
Buena literatura, para conocer y para comprender.
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