Me puse con la Memoria personal de Cataluña, un ajuste de cuentas de Gregorio Morán al hilo de su despido de La Vanguardia hace un par de años. Hay que leer a Morán, pocos tipos hay más insobornables en el panorama periodístico español. En realidad, esta Memoria personal es un opúsculo y se lee en un pispás. A Morán nunca le gustó el periódico de los Godó: se nota por lo que cuenta y por cómo lo cuenta. Sufrió un par de censuras y siempre fue visto como alguien "de fuera" por parte de la élite barcelonesa que dirige el periódico. Demoledor, a mayores, el retrato que hace de la familia Godó. No se lo pierda, lector...
20.7.20
Los que se van
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