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6.7.25

Traidores a un conflicto de pijos

Hace años que creo que hay algo hermoso en la épica del traidor. Acabé el Diario una traidora, de Laura Fábregas, editado por Max Lacruz en Funambulista. Un repaso por ese mundo conquistado por el secesionismo, la Cataluña rural, que pasó de carlista a ultraizquierdista en poco más de dos generaciones. Era un mundo rural que siempre rechazó la modernidad urbana, y Argentona, por lo que cuenta, es un ejemplo claro. El libro está bien escrito, con una prosa desenfadada. A vuelapluma, que no tengo mucho tiempo:

  • Bien escrito, digo, y con desenfado; los años del bachillerato, los mecanismos de socialización del nacionalismo (el mítico Club Super3) que el pujolismo siempre se tomó en serio. También, esas relaciones comunitarias que sólo se forjan en los pueblos. 
  • Me interesa también la decepción con la universidad, con gentuza como Salvador Cardús, la tal Ponsatí y los muertos -ella no, por supuesto- el tal Marc Álvaro, un agitador, un Bellizi, representante del gobierno regional en Italia. La vida en pareja, vivir con alguien ajeno a tu mundo solo es posible en Madrid, retratada  como un ciudad acogedora. En fin, el papel de los padres en los procesos de socialización, y el papel de los jubilados en el proceso secesionista... un conflicto entre pijos cansados de vivir bien.
  • El papelón de TV3, como una emisora al servicio solo de la mitad de la población, la tarada de Rahola, el programa FAQs como akelarre al estilo de la radio de las Mil Colinas, cobardes como Albano Dante (¿era pensable otra cosa?), el miserable de Barbeta (¿Quién es, más allá del Ebro?)
  • En fin, y luego está Arcadi, está Álvaro Nieto, está la gente de The Objective, está Leyre iglesias, está Andoni Unzalo. Como recoge la autora quizá de Cohen: a veces, uno sabe de qué lado está simplemente viendo quiénes están en el otro lado.
  • Y una buena reflexión sobre la libertad y la predestinación. ¿De verdad somos libres? ¿De verdad somos los mismos con el paso del tiempo?
Un buen libro, bien escrito y que se lee con facilidad; ideal para echar un rato en verano...

27.12.22

El norte, el viejo, los amigos, la vida...

Me devora la falta de espacio y por eso me deshago de Autorretrato sin mí, un conjunto de reflexiones de Fernando Aramburu, publicado al calor del éxito de Patria. Apenas algunas cosas de interés, mientras lo hojeo: 

1. "Mi ventana y mi vida dan al norte" (página 21)

2. El padre anciano -88 años- sentándose en un banco y dejándose fotografiar sin quererlo un par de semanas antes de morir: "Veo ahora a mi padre sentado en aquel banco..." (página 24). También, la ausencia del padre cuando uno vuelve a casa: "No estás, padre, y casi te abarco entre mis brazos [...] El día entero me lo paso devolviéndote a la vida, donde yo te quise, dónde tú me quisiste". Llega la hora de dejar la casa y, sostiene el autor: "noto que el aire me da en la espalda una palmada como aquellas que tu me dabas". (página 44) 

3. La vida: "Infinito es el número de las bifurcaciones, pero a la postre el trayecto es solo uno". (página 32)

4. El paso del tiempo cuando uno se va: "Los viejos amigos, arracimados en la taberna, de vez en cuando se acordarán de olvidarme. me olvidarán los vecinos y parientes que se irán borrando en inexorable goteo de defunciones. Me olvidará el mar que tanto me quería. Y al fin no serán menos negros ni menos hondos los huecos de memoria" (página 36).

5. Los amigos son esas personas cuya mirada nos limpia. Al despedirse de uno, dice el autor: "Compruebo entonces que la mitad de mí se va con él, que la mitad de él está conmigo." (página 42)

16.6.22

Masa y sociedad

Ya dije por ahí que rematé la autobiografía de Fernando Savater, su Mira por dónde. Esta reflexión de inicio, a vueltas con la diferencia entre masa y sociedad, en la lógica de Canetti: Cuando digo masa no me refiero a lo práctico inerte [... ], sino a la multitud unida por el deseo de escapar de los males individuales cometiendo atrocidades colectivas. Ningún individuo sabría ser tan cruel y tan imbécil por sí solo como llegue hacerlo cuando recibe la patente de corso de la enjambre." 

El nacionalismo era eso.

13.5.22

Aquella España

Si hay una España fascinante es la década de los sesenta. Se entró en ella con el Plan de Estabilización que quería sacar de la postguerra a un país pobre y se salió con un país moderno y lleno de turistas. Es una década en la que se mezcla un país que se iba con uno que llegaba. Lo veo en las memorias de Savater, su Mira por dónde. El perfil, por ejemplo de Leopoldo Eulogio Palacios, un hombre que parece lejano y desde luego no contemporáneo a otros como Alfredo Deaño o el propio Fernando Savater. Hubo muchos otros, desconocidos ya para el gran público, como Adolfo Muñoz Alonso -de Peñafiel-, Bartolomé Mostaza Rodríguez de Medio, que no supieron adaptarse al mundo que llegaba. Murieron sin entender que el mundo al que sirvieron se les había escurrido entre los dedos...

28.4.22

Savater: el padre y el paso del tiempo...

No llevo ni veinte páginas del Mira por dónde,  las memorias de Savater -el otro día, con el rapaz en la biblioteca, caí- y ya rescato tres reflexiones maravillosas:

  • Sobre las padres, para esta generación mía: porque amamos la nobleza de lo que no pudieron ser, tanto como apreciamos la hermosa dignidad de lo que fueron...
  • También sobre los padres: Ahora, envejecido, me miro al espejo y descubro en mis rasgos ramalazos de semejanza con los de mi padre, al que siempre conocí muy mayor. Me enternecen y me perturban más de lo que podría expresar con palabras 
  • Sobre el paso del tiempo: Este libro no trata de mí, sino de lo que el tiempo ha hecho conmigo.
  • Sobre su ciudad, aunque yo lo aplicaría también a la mi tierra: “Nunca saldré de esa prisión coqueta […] cuando la deje para siempre seguiré en ella, en los sueños del exilio o desde la muerte. ¡Cómo comprendo a los fantasmas obstinados, que arrastran siglo tras siglo sus sábanas raídas y sus cadenas herrumbrosas por las almenas del mismo castillo […]”
A ver si sigo, que tengo mucho por leer... 


31.5.21

Muchos textos en uno

Es un libro bonito la Feria de Ana Iris Simón, un recuerdo de una España que se va. Y una mirada crítica a un presente eterno que, lo veo en mis chavales, vive solo de festivales, sellos en el pasaporte y ocio como sustituto de la vida. La vida es la infancia, nos recuerda la autora, que se atreve con temas prohibidos para las mujeres de izquierdas. Su visión sobre la madre y su amor (La madre está siempre condenada al reproche porque es el amor primero coma el amor puro y el dolor sobrevenido de no poder ser el otro coma de no poder ser 1 con el otro coma imposible siempre de satisfacer. La decepción primigenia viene, como el amor primigenio, de la madre). 

Su visión sobre la mujer y el feminismo (para gustar los hombres tienen que hacer pero a nosotras nos basta con ser) ya que, como dice en un párrafo memorable, el ideal de la belleza femenina, el de la novia cadáver, lo gestionan hombres homosexuales. Sus disquisiciones sobre la patria y el mito de la identidad internacionalista. Su desprecio sobre la izquierda divina (Nada nuevo bajo el sol: señoritos diciéndole al pueblo lo que el pueblo es), su crítica a lo que ve en su generación (No tener más identidad que la estupidez). 

Y esa mirada sobre los mayores (Los abuelos no deberían morirse nunca) que comparto plenamente, porque soy quien soy porque soy nieto de quién soy y sigo cazando charrelas con el Ché en el sierro cien años después, ¿Verdad hermanu?), y sobre la paternidad (Uno es padre porque no podía no serlo).

En fin, que todos venimos de un linaje mítico, pero son muy pocos los que saben contarlo.

Un buen libro. Que vacuna contra el cinismo, el gran mal de nuestro tiempo.


20.7.20

Los que se van

Me puse con la Memoria personal de Cataluña, un ajuste de cuentas de Gregorio Morán al hilo de su despido de La Vanguardia hace un par de años. Hay que leer a Morán, pocos tipos hay más insobornables en el panorama periodístico español. En realidad, esta Memoria personal es un opúsculo y se lee en un pispás. A Morán nunca le gustó el periódico de los Godó: se nota por lo que cuenta y por cómo lo cuenta. Sufrió un par de censuras y siempre fue visto como alguien "de fuera" por parte de la élite barcelonesa que dirige el periódico. Demoledor, a mayores, el retrato que hace de la familia Godó. No se lo pierda, lector...

5.6.20

La tradición oral, en Nueva York y en la mi tierra

Empecé A propósito de nada, las memorias del genio neoyorquino por excelencia. Este párrafo maravilloso: "Muy bien: de modo que soy un niño pequeño, al que le encantan las películas, le encantan las mujeres, le encantan los deportes, odia la escuela y desea beberse un Dry Martini. Oh, si bien admito que fui un alumno terrible, una cosa que siempre supe fue escribir. Escribía antes de que supiera leer. No aprendí a leer hasta primer grado, pero en el jardín de infancia ya escribía cuando volvía a casa, es decir, inventaba ficciones. Escribía sin la capacidad de volcarlo en palabras. La tradición oral. Como las baladas."

Lo leo y no dejo de pensar en la mi gente y en la mi tierra. Emboscados, como dice siempre el mi hermanu Lauru

26.6.19

Peces en la memoria

Conminado por el gran Maic, me puse con La mirada de los peces, de Sergio del Molino. Tiene mérito, porque ni el autor me cae especialmente bien (el tufo regeneracionista de su España vacía se huele a quilómetros) ni me apetece leer las memorias de gente tan joven. En cualquier caso, Maic volvió a tener razón. Con la excusa de recordar su infancia y juventud junto a uno de sus maestros, el autor realiza una crónica viva de un tiempo y de una época que también son los míos. Esa banda sonora de Kortatu, de Barricada o de La Polla como fondo, esa adolescencia sin ganas de ir a ningún sitio y esa sensación, pegajosa como el chicle, de que estás traicionando a los tuyos cuando descubres nuevos mundos.  Y algunas reflexiones de altura: las mejores preguntas se me ocurren siempre cuando no queda nadie para responderlas. Nos hacemos mayores porque nos desligamos denuestro entorno de origen y por eso, como señala el autor, "la mayoría de la gente que tratamos los 16 años se vuelve extraña de adultos, incluso extranjera."
Un buen libro, bien escrito e ideal para esa etapa indefinida de la vida en la que los tuyos se van yendo y tú vas construyendo un entorno del que también se irán, es ley de vida, los tuyos...

1.8.18

Historia universal de la migración

Rematé Hillbilly, la memoria sobre su comunidad escrita en primera persona por JD VAnce, un miembro de la white trash norteamericana que logró salir adelante. Un libro fascinante, y también otra sorpresa de la temporada. Qué de cosas leemos sin tener ni idea de nada.  Al final pensamos que los votantes de Trump son extraterrestres, o tarados, y cuando aterrizas en sus comunidades entienden sus miedos (La clase trabajadora blanca es el grupo étnico social más temeroso respecto del futuro en los EEUU, por encima de los negros o de los hispanos) y sus miserias. Vance forma parte de esa subcultura de paletos pero él, gracias a su mamaw, logró salir adelante, y ha reunido fuerzas para contar su vida y que los demás podamos entender el relato que articula a su comunidad. No se lo pierda, desocupado lector...


18.2.17

Memorias y olvidos

Rematé Primera página, la primera parte de las memorias de Juan Luis Cebrián. En el haber, un libro bien escrito, que se lee con rapidez y en el que se hace un análisis muy interesante (de parte, pero muy interesante) sobre el funcionamiento del sistema mediático durante la transición. En el haber, el libro va perdiendo fuerza e interés conforme avanzan las páginas: donde se incrementa la vanidad, baja la calidad. Y un detalle: cualquier extraterrestre que leyera el libro pensaría, viendo el tono y el foco del autor, que durante los años de transición en España murieron el mismo número de personas a manos de la extrema derecha que de la ETA... 

PS: hablando de ETA, buena la reflexión de Rupérez sobre el texto en la Revista de Libros.

2.2.17

Periodista

Llevo ya un tercio de la Primera página, el primer volumen de las memorias de Juan Luis Cebrián. Bien escrito, de fácil lectura. Y con un cierto ánimo exculpatorio de fondo. Quizá como todas las memorias. Un repaso a aquella España, algo tergiversado porque el pasado, ya se sabe, es siempre un país extranjero. Algunos elementos de interés, y buenas reflexiones sobre el periodismo y el hábito de la lectura. A ver si tengo un rato para escribir sobre él:

PS: "Quizá porque no teníamos televisión, el cine era caro y escaso, y muchos libros estaban prohibidos, la voracidad lectora de las clases alfabetizadas de mi época contrasta con la indiferencia ahora creciente hacia la cultura letrada. En el franquismo, la lectura era un acto peligroso; en la democracia comienza a convertirse en un hecho raro"

17.1.17

Márai en positivo, y en negativo (I)

Rematé Lo que no quise decir, el volumen que Sándor Márai no quiso añadir a sus memorias. Un par de capítulos que reflexionan sobre la década que transcurre entre la anexión de Austria por la Alemania nazi y la anexión de Hungría por parte de la Unión Soviética. 

El libro se lee rápido pero es irregular. El autor se pierde en disquisiciones sobre la naturaleza húngara y sobre la psicología colectiva de los pueblos que fueron superadas hace muchos años y  ya no tienen ningún interés. Y esa es quizá la parte más floja, quizá por ser la más nacional-ista. 

Aún así, el libro tiene interés desde este lado de Europa. Por la crisis de la cultura liberal burguesa en la Europa de entreguerras, una cultura asediada por los totalitarismos de izquierda y de derecha en varios países de la Europa central durante aquellos años. Marai destaca cómo casi los mismos argumentos que eran utilizados por los fascistas húngaros contra la burguesía parasitaria y judía, fueron utilizados menos de diez años después por los comunistas una vez que los soviéticos convirtieron al país en un satélite...

Para el lector que además de no ser húngaro sea inquieto, el libro le permite familiarizarse con un conjunto de políticos húngaros y sus dramas vitales y personales. Ahí está el caso de Esteban Bethlen, aristócrata transilvano y que pensó que podía ser capaz de lidiar con nazis y soviéticos, sin entender que alguno de los dos acabaría matándolo, como así sucedió, en este caso los soviéticos, que nunca entregaron su cuerpo.  También es interesante la vida de Pal Teleki, primer ministro que se suicidó  en abril de 1941, la noche en la que los nazis atravesaron las fronteras del país para atacar a Yugoslavia

9.6.16

Open

Tengo más prejuicios de los que me gustaría reconocer. Lo bueno es que como aun soy joven de espíritu, aún lucho contra ellos. Me pasa, por ejemplo, con los libros escritos por o sobre deportistas. No me pregunte el motivo, pero nunca había leído ninguno. No me interesan en absoluto. Hasta que un amigo me insistió, de manera cordial, en que leyera Open, la autobiografía del tenista estadounidense de origen armenio André Agassi, escrita con la ayuda de JR Moehringer. Una biografía magnífica, bien escrita, con mucho ritmo, y en la que el autor cuenta su vida con pocos tapujos y escaso tabúes. Una historia de superación, con un padre obsesionado con el tenis, una infancia pobre en Nevada y toda la gloria que vino después, una gloria aderezada de depresiones y de recaídas que son contadas con detalle a lo largo del texto. Un librazo sobre un tipo que puso en marcha una Fundación antes de retirarse y que, después de haber huido de la escuela, puso en marcha una con sus propios medios en una zona deprimida de Las Vegas. Y una curiosidad: las tres personas que marcaron su vida: su padre, su "entrenador" Gil y su mujer Graff no tenían el inglés como lengua materna. 
Un libro hermoso, que acaba así: "Yo descubrí tarde la magia de los libros. De los muchos errores que quiero que mis hijos eviten, ese ocupa uno de los primeros puestos en la lista".

4.6.16

Bares y pistas de tenis

Me hice el otro día en Galicia con el último libro de Juan Tallón: Mientras haya bares. Una recopilación de los textos de uno de los articulistas que sigo con más atención desde hace años. Llevo treinta páginas (estoy terminando aún la magnífica biografía de André Agassi) de buena pinta. Veremos.

21.5.16

Biografías

Empiezo Open, la autobiografía de André Agassi. Muy recomendada y prestada. Vamos a ver si soy capaz de hacerme con ella. De momento llevo como un tercio. La humilde infancia del tenista y su tormentosa relación con su padre Aghassian, el emigrante armenio que lo crió para que fuera un campeón del mundo. 
Interesante.