Esto de Pablo Pardo ayer en El Mundo. El Belgorod bastante tiene con no hundirse y el misil Poseidón existe más que en la mente calenturienta del autócrata ruso.
A mayores, de los miles de misiles nucleares rusos, es posible que estén operativos una docena. Y de esa docena, algo más de la mitad podrían explotar mientras los lanzas.
Menos lobos postsoviéticos.
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