Me ha fascinado, en el libro de Calabresi, el buen papel de la izquierda institucional: el alcalde Gabriele Albertini hizo colocar una placa donde murió Pinelli diciendo que “murió trágicamente”. Comenta el autor que “tras un coro de acusaciones con el alcalde, “revisionista” que pretendía reescribir la historia volvió a ser colocada, de modo que hoy, grotescamente, hay dos. Hubo pocos, entre la izquierda, que rehuyeran formar parte del coro contra Albertini. Queda por ver si la historia debe escribirse basados en documentos, pruebas, periciales y juicios, o debe ser una fotocopia de la campaña de Lucha Continua".
Y es que, en Italia, el PCI defendió siempre las instituciones, lo que contrasta con lo que ha ocurrido en España. Aquí hemos pasado del valiente papel del Partido Comunista de Euskadi en la transición, a la bajeza de Madrazo y el repugnante espectáculo de la Alternativa blanqueando los crímenes de ETA a cambio de un puesto de diputado...
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