Mostrando entradas con la etiqueta socialismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta socialismo. Mostrar todas las entradas

24.12.21

Pues si lo dice Sorman...

Llevo diciéndolo años: el socialismo está en crisis porque ha conseguido todos sus objetivos. Todos los europeos somos ya, en mayor o menor medida, socialdemócratas. 

Tenía toda la razón el lunes Sorman en ABC. Así que no se lo pierda, lector.

Y feliz Navidad, claro...

3.3.20

Llegar tarde

El problema de Bernie Sanders no es que se defina como socialista. El problema es que llega cincuenta años tarde. Interesante, como siempre, Guy Sorman ayer en ABC.

23.12.15

Siempre Ovejero (la Triple I)

Magnífico Félix Ovejero en La Revista de Libros. Ahora que ya han sido las elecciones. La triple I con la que contaminamos siempre el debate. Un debate imposible cuando sospechamos por sistema del oponente. Cuando convertimos en enemigo al adversario. No se pierdan su reflexión todavía el socialismo


"En una fórmula condensada, el supuesto básico del que se nutre el debate es que los otros son ignorantes, imbéciles o inmorales. La tripe I. Un camino peligroso: no cabe el debate si descartamos la buena fe o la capacidad intelectual de nuestro interlocutor, si asumimos que no cree o no sabe lo que dice. Como los otros de los demás somos todos, la disputa democrática, en esas condiciones, se vuelve tóxica. Peor aún, no es que emponzoñe el debate, es que se niega por principio: no nos podemos dar razones si no nos reconocemos como interlocutores."


20.8.11

Cincuenta años: al final ellos perdieron, y nosotros ganamos

Fue un magnífico ejemplo de la impostura de la izquierda. Aquel país partido. El azar de nacer en un lugar o en otro. Al poco de empezar la farsa, la gente se iba. A borbotones. Había que detener la sangría. Así que se levantó un muro. Hace ahora cincuenta años. Como la izquierda maneja el lenguaje como nadie, lo llamaron muro de protección antifascista. Nadie entre la supuesta izquierda democrática, y perdonen la antinomia, abrió la boca para protestar. La misma gentuza que luego ponía el grito en el cielo por el muro en Palestina, miró para otro lado con aquel horror. Fue una de las más hermosas, y trágicas, metáforas, del fracaso del socialismo real. Del comunismo. De la izquierda, en suma. Una avanzadilla del enorme fracaso que sufrirían cuarenta años después. Lo trágico es que mucha gente murió intentando saltarlo. Cuando pienso en el Muro, no puedo dejar de pensar en la música del tercer hombre, aquella novela de aquel misterioso escritor que nos habló luego de un americano impasible. Un muro en Europa. En pleno siglo XX. Como si con eso se pudiera detener la historia. Se cumplen ahora cincuenta años de aquel horror. Es momento por lo tanto de recordar a los muertos. Y de recordar que, como en el caso de la ETA, aquella batalla no acabó en tablas. Nosotros la ganamos. Y ellos la perdieron.


PS: El plan [quinquenal] preveía duplicar en cinco años la producción de carbón, de 35 a 70 millones de toneladas: Stalin apuntó 105, y así hizo con todo. Lanzó a la URSS a una improvisación a escala continental. A eso lo llamaron “socialismo

PS: Meyer, Jean: Rusia y sus Imperios (1894-2005). Círculo de Lectores, Barcelona, 2007. Página 187

24.4.06

El presidente

Resulta francamente molesto el tono con el que el presidente del gobierno habla de los que no le hemos votado. La última genialidad de este genio de la política moderna, ejemplo clarividente de político de la postmodernidad, es la colección de naderías que soltó ayer ante los fieles en Vistalegre. Da pereza comentar sus declaraciones, la verdad. Tras el rollo de condenar "cualquier manifestación de violencia", como si fueran lo mismo la violencia legítima que ejerce el Estado que la de una organización terrorista, en la mejor línea de Pérez Esquivel y demás pastores, sale con aquello de "No devolverán la estatua de Franco a su pedestal". La frase denota bien tanto su estulticia como su maldad. Es como si Aznar hubiera salido diciendo, cuando era presidente, algo así como "los rojos no volverán a quemar iglesias".

Este hombre debe pensar que los que no votamos a la izquierda estamos deseando volver a poner la estatua del general Franco en su pedestal de San Juan de la Cruz. Ya le gustaría a él que así fuera. Pero lo siento presidente, no nos importa ese tema, y estamos bastante hartos de su obsesión por el pasado. A mí, sinceramente, me preocupan más otras cosas. Me preocupa por ejemplo que un cargo público brinde con funcionarios por la República (si hubiera el equivalente a una Ley como la de Defensa de la República, aprobada por Azaña, la hubieran podido meter en la cárcel sólo por eso); me preocupa la creciente inseguridad ciudadana, me preocupa nuestra falta de política energética; en fin, me preocupa que la política laboral en España la dirija alguien que en su vida ha trabajado por cuenta ajena y que lleva desde los 25 años viviendo de y como un diputado.

En fin, no sé si todo esto me convierte en un revisionista o en un fascista lamentable.
Pudiera ser.

Me decía Jimena un día. ¿Qué es un fascista? El que lleva la contraria en una disución a un socialista.