25.11.10

La campiña inglesa hecha cine

Volvimos al cine. La incursión de Frears en la comedia. La historia de Tamara. La campiña rural inglesa. Un mundo de escritores que van y vienen. Los celos. La infidelidad, los amores otoñales, los amores melancólicos que siguen ahí, que seguirán ahí muchos años después, cuando yo sólo sea memoria de una piedra sepultada entre ortigas /sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

La película es irregular, más floja que las otras que he visto suyas. La idea es buena, los actores están bien, pero el vodevil no llega a enganchar y la obra se repite sobre sí misma. Ideal para una tarde de noviembre, pero para poco más.

A uno de los protagonistas se le está haciendo cada vez más tarde. No darse cuenta de que quien se esconde detrás de los días, como me pasó a mí, acaba por ser descubierto. Como las cosas que parecen evidentes terminan no siéndolo, porque el destino, muchas veces, está en nuestras manos y no escrito en ninguna estrella lejana. No darse cuenta. En fin.

PS: volviendo de Mérida. Volviendo del oeste.

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