28.11.10

Elecciones en Cataluña

Pasaron las elecciones y los ciudadanos avecindados en Cataluña ya han elegido los miembros del Parlamento de aquella región. Las opciones en general eran lamentables. Algunas lecturas interesantes. Esa bobada de que la gente de izquierdas es supercrítica y abstencionista y que cuando no van a votar gana la derecha. Con más votos que en los últimos años, la izquierda se ha hundido. Y eso siempre es una gran noticia. Gana el nacionalismo, incruento eso sí, y al menos conservador. Sigo la jornada a través de la tevestrés; el presentador intenta vincular la subida del pepé con el rollo de la inmigración. Esta es la tele pública que pagamos entre todos. Es brutal. El próximo presidente de Cataluña tenía un padre que defraudaba dinero mientras su hijo era consejero de hacienda. Y el hijo no se enteraba, claro. Ni un comentario en la televisión pública. Un partido probablemente corrupto. Buen resultado del pepé, el mejor en años. Y me alegra. Se mantiene Ciudadanos, lo que también me alegra. Impugnar la bobada de que hay que ser catalanista para sentirse catalán. Y me alegra especialmente el viaje que se pega el pesecé. No puede despreciarse tanto a los votantes de uno sin que estos te acaben pasando factura; así que hala majos, volver a manifestaros contra el Tribunal Constitucional en cuanto podáis. Y me alegra mucho, claro, el viaje que se pega la Esquerra. Espero que su caída no tenga freno.

Algunas cosas preocupantes. Un presidente como Mas. Liderazgos de cartón piedra. Fiesta fiscal, le llama el tío a que paguen más los que más tienen. La entrada de un sujeto como el tal Laporta en el Parlamento. Y los casi setenta y cinco mil votos de Plataforma por Cataluña.



PS: "En realidad, si el nacionalismo era la acción, el catalanismo era la inacción. O sea, la complicidad, el silencio. La moderación tiene estas cosas. A veces no es más que el último refugio de los cobardes".

Pericay, Xavier: Filología catalana. Memorias de un disidente. Barataria, Barcelona, 2009. Página 186

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La experiencia de gobierno tripartito en Cataluña no tiene quien la defienda. Salvo el candidato de ICV, que hace un balance positivo y propone repetir, sorprende el desapego de los otros dos socios, el poco entusiasmo con que defienden su gestión durante la campaña, y sobre todo la insistencia en vestir en los mítines la camiseta con el eslogan “Tripartito, no, gracias”. Tras meses de oír al presidente Montilla renegando de su obra no puede extrañar que su electorado se quede en casa hoy.
No vivo en Cataluña y todo lo que sé del tripartito me llega de segunda mano. Pero con sus luces y sombras, me parece obvio que la agresividad contra él no estaba justificada, no al nivel que alcanzó. Sin embargo el discurso antitripartito ha calado, no sólo en los ciudadanos sino por lo visto en el propio gobierno catalán, que ha asumido el fracaso que se le reprochaba.
Aunque se haya caricaturizado al tripartito como un vodevil ingobernable, en realidad su problema puede haber sido el contrario: a fuerza de tirar cada uno para su lado ha alcanzado un equilibrio que dejaba insatisfecho a todos. Más de izquierda y más catalanista de lo que deseaban los moderados del PSC, pero no tan de izquierda como habrían querido los ecosocialistas de ICV ni tan soberanista como ambicionaban en ERC.
No idealizo al tripartito, qué va. Pero desde Madrid, donde sufrimos una doble administración del PP, he sentido no pocas veces envidia de mis amigos catalanes. Cuando se quejaban de si el gobierno no era más de izquierda, les ofrecía cambiarles su tripartito por nuestra Esperanza Aguirre, a ver qué les parecía. Porque con todos los fallos y contradicciones que quieran, ha sido durante estos años el gobierno más a la izquierda en España, lo cual tal vez no es decir mucho, pero es algo. Y la alternativa es CiU, que por muy civilizada y europea que sea no deja de ser de derecha.

Espectador dijo...

El anónimo anterior lo tiene claro: Izquierda = bien. Derecha = mal. Historiadores abstenerse.

Afortunadamente, esta visión del mundo cada vez esta más en minoría.