12.6.11

El cisne y la narración

El libro de Taleb. Leemos la prensa. Vemos la televisión. Nos cuentan cosas de manera ordenada. Pero el orden no existe. Es una construcción. Taleb reflexiona en su libro sobre lo que llama la falacia narrativa. La narración pone orden en el caos, pero es también ficción. Cuesta mucho esfuerzo obtener información. Mucho. Como cuesta almacenarla y como cuesta recuperarla cuando la queremos usar. No sólo en la vida profesional, también en la personal. Piense, desocupado lector, en cuántas veces tomamos decisiones sin tener apenas información. Sin saber todo lo que deberíamos saber. Sin tener en cuenta todas las variables.
Pero insistimos en narrarlo todo. Como si las cosas tuvieran causa, inicio y fin. Es el problema de narrar; hace que los sucesos parezcan menos aleatorios de lo que en realidad fueron. Y por eso, llegamos a pensar, ilusos, que podemos incluso predecir el futuro. No. El futuro no está escrito en ningún lado. Lo escribimos nosotros, a diario. Con lo que hacemos. Con las decisiones que tomamos. Y también, claro, con las que no tomamos.
Algunas cosas secundarias, pero también atractivas de Taleb: hay cosas que no conocemos y por ello deberíamos ser menos arrogantes cuando las juzgamos. Por ejemplo la acupuntura. O la homeopatía. No sabemos porque no conocemos. Quizá algún día sean ciencia. Pasaba con lavarse las manos. Nadie sabía porqué, pero era bueno para la higiene. Hasta que se descubrió.
No ser arrogantes.
Ni en lo profesional ni, desde luego, en lo personal


PS: "Me parece escandaloso que, pese a los antecedentes empíricos, sigamos proyectando en el futuro como si supiéramos hacerlo a la perfección, empleando herramientas y métodos que excluyen los sucesos raros". Taleb, Nassim: El cisne negro. El impacto de lo altamente improbable. Piadós, Barcelona, 2008. Página 205

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