1.6.11

El cisne y la cultura (de camino a Pucela)

Sigo con Taleb. Cosas que había pensado durante tiempo, le contaba, desocupado lector. La importancia de la erudición. De ser personas en el sentido humanista del término. Sólo desde el conocimiento se pueden entender, apreciar o rechazar las opiniones de los demás. También en esto, el liberalismo. Sólo el erudito sabe que no sabe. Sabe que aún le queda mucho por conocer. Y que las respuestas no están ni en un solo libro ni en un solo lugar. Sólo el sabio, sólo la persona leída, puede combatir al tertuliano, experto en todo en cinco minutos, ese perfil tan socialdemócrata, igual que al ingeniero, profundo conocedor de un ámbito e ignorante de casi todo lo que le rodea.

Esa visión de la vida como una carrera por ser mejores cada día. Por conocer y por comprender. Por no juzgar. Por asumir que aunque el mundo sea finito, hay que apurarlo e intentar comprenderlo. Por saber que en el taxi en el que montas, o en la reunión que empiezas, puede haber gente con ideas interesantes. Con conocimientos superiores a ti, con cosas que contar.

No se trata de estudiar, ni de ser desde luego, como soy yo, un lecturitas. Se trata de entender que sin conocimiento no somos nada. Pero nada de nada. De respetar la cultura. De dudar de lo que uno sabe. De apreciar los libros. De saber quiénes han de ser las personas que te hagan crecer. Y quienes deben ser las personas a las que uno debe admirar. No al futbolista, sino al sabio.

Esa mirada ingenua que a uno lo desarma cuando ve la cara de quien está escuchando con interés y aprendiendo lo que no sabía. Cuando se está sintiendo entrar en un mundo nuevo.

Qué diferencia de cara, de actitud, y de vida, con quien confunde a Roxana con una canción..

PS: Montanelli escribió y Arcadi nos lo recordó: «De vez en cuando me asaltan ataques de humildad. Me digo a mí mismo que sólo soy un hábil taraceador de frases y que, más que a convencer al lector, aspiro a conmoverlo con medios poco lícitos en ocasiones; que soy más arrogante que valeroso. Etcétera. Pero después, al final, invariablemente, concluyo que sólo quienes lo poseen en abundancia dudan de su propio talento".

PD: En Pucela. Es importante, vamos a ver...

1 comentario:

Hornuez dijo...

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.