6.12.12

Out there...


Un almuerzo el otro día. En cualquier lugar. De menú, el pesimismo que nos corroe las entrañas. Mi amigo James, un emprendedor, un hombre de Babson cabalgando por la manchega llanura, sin peto y sin espaldar. Se nos va la comida hablando de “este país”. Él quiere irse. En breve. Está harto de políticos / funcionarios que no le dejan crecer. De una legislación laboral decimonónica. De fondos de inversión dirigidos por analfabetos. De esa cultura tan española de la sospecha ante el empresario, quizá la imagen más viva del judío que queda entre nosotros.

Marchó Paco. Marchará James. Y cuando llego a casa y me miro al espejo, tengo la sensación de que la sombra de la emigración empieza a dejarse entrever, a lo lejos aún, por el quicio de la puerta…

Menos mal que hoy estamos en Toro para olvidar nuestras penas con un buen caldo de la tinta más zamorana…

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