28.9.18

Liberales frente a radicales

Hay que leer a Ruiz Soroa. El otro día, en El País, a vueltas con los cuatro liberales que estamos en España: "El radical va a la raíz de los problemas para solucionarlos de una vez por todas. El liberal predica en contra de ello, defiende que es más prudente tratar sólo los síntomas de esos problemas, mediante la contención y el reformismo progresivo. Cualquier doctrina que se sustente en un cambio antropológico de la condición humana como base de futuro es sospechosa de conducir al desastre."

Liberales, claro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"(...) perseguir autónomamente su felicidad. No para hacerle feliz, sino para permitirle CONSTRUIR su felicidad. La suya."

Esta afirmación ya es un cambio antropológico BRUTAL, y por tanto, como el mismo autor concluye, de consecuencias desastrosas. Él mismo se contradice en pocas líneas. Pero el error no lo tiene él, claro, sino lo que nos vende el liberalismo.

Para la ética clásica la felicidad es una armonía entre lo que rl hombre es y lo que está llamado a ser. La felicidad, por tanto, no se CONSTRUYE, de manera voluntarista o emotivista. Primeramente ha de descubrirse con la RAZÓN. Y ahí no llega la razón ilustrada, que es una razón capada que no quiere llegar a la cuestión del fin o sentido. Como un coche que deambula sin destino por las calles.

Si un obeso sostiene "autónomamente" que su felicidad consiste en ser campeón mundial de 100 m. lisos será profundamente infeliz, pues jamás conseguirá esa armonía de la que hablaba antes. Por tanto, no se construye autónomamente, tiene una parte objetiva que ha de descubrirse con una razón verdadera, no castrada.

José García Palacios dijo...

Muy buen artículo, ciertamente. Me quedo con esto: "El liberal es individualista. Acérrimo e irreductible. La persona individual es el único agente moral relevante a la hora de construir el mundo de las reglas sociales." Así es. Gracias por el artículo.