Me cae casi por azar un artículo de Tomás Pérez Viejo sobre la construcción de la nación como problema historiográfico. Algunas ideas de -mucho- interés:
- Los recursos y los derechos son negociables, pero la identidad no.
- La nación ha terminado por convertirse en la forma hegemónica y excluyente de identidad colectiva de la modernidad, y en la principal, si no única, fuente de legitimación del poder político.
2 comentarios:
El estado, más bien. Es un artefacto propio de la modernidad. Nacido no de abajo a arriba, sino de arriba a abajo.
Totalmente, y previo a la nación...
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