10.7.06

Tarde en el Prado

Tarde cultural en el Prado. Jimena y yo disfrutamos de la magnífica exposición sobre Picasso. Se trata de poner frente a frente algunos cuadros del pintor francés nacido en Málaga (así lo describían en el Museo Picasso de Paris), con aquellos que le sirvieron de referencia o inspiración. Varias cosas destacadas:

- Gente a destajo. Hace calor, en el museo se está bien y es gratis (incautos, no hay nada gratis).

- La influencia del Greco (cada día estoy más fascinado por este pintor, he de reconocerlo) es evidente en sus primeras obras. Tengo la sensación de que el Greco es un pintor de finales del siglo XIX que nació varios siglos antes.

- La influencia de Velázquez. El juego que se consigue en la exposición con las dos meninas, es magnífico. La reinterpretación que Picasso hace de la obra de Velázquez es sugestiva y sugerente. Al pasar, vistazo rápido y leve reverencia al retrato ecuestre del Conde Duque celebrando la toma de Fuenterrabía. ¿Mi cuadro fetiche en el museo?

- El cubismo. Ya en la exposición de Juan Gris en el Reina Sofía el año pasado volví a lamentar, una vez más, mi lamentable incultura. No sabía nada del cubismo. Viendo ahora a Picasso, me vuelve a atraer esa descomposición de la realidad hasta sus formas más básicas que supone el cubismo. Atrapar quizá la esencia de las cosas. Perseguir a un fantasma.

1 comentario:

Ignacio dijo...

El cubismo es fácil: intentan añadir la física y sus ultimos avances a la percepcion visual; necesitan ser "revolucionarios" y son tiempos de cambio; creen en la realidad científica e intentan plasmarlo; lo del cubismo es intentar manejar el tiempo: como si pusieran la realidad desde todas las perspectivas, como si le dieras vueltas a un cubo mirandolo y luego lo pusieras en un plano.
Lo del tiempo lo interpretó mejor Dali.