8.9.10

Día de fiestas...

Hoy eso ocho de septiembre. Uno de esos días del año en los que la Sanabria premoderna nos salta al encuentro y nos recuerda que hubo una época y un mundo en el que los sanabreses, todos, reverenciaban a su Dios y guardaban las fiestas que había que guardar.

Hoy, ocho de septiembre, es día de fiestas en la Sanabria. Hoy es la fiesta real de mi pueblo, aunque hace ya cuarenta años la cambiaron para agosto, porque en septiembre ya había más gente en Madrid que allí. Mi padre, desde Madrid, recuerda que hoy es la fiesta de su pueblo, y se le nublan los ojos cuando me habla de ella...

También es el día grande de las Victorias. Las grandes fiestas de la Sanabria, las últimas, las que cierran el verano. Las de la noche de fuego, las de la banda nocturna, las de los fuegos desde el río. Las de los quitapenas con Mi General hace años. Las fiestas de la Villa.

También se celebran dos romerías en la Sanabria. A las dos fui durante años, bastante perjudicado, la verdad, por las victorias del día anterior. En mi familia materna siempre fueron de la Padecida, que es como le decían a la patrona de Escuredo. Yo fui siempre, hasta que cumplí los diecisiete o los dieciocho. Escuredo, que es pueblo hermoso, estaba entonces mal comunicado. De Rozas y del Mercado salía gente andando, descalza, a hacer la Romería. Llegábamos siempre un rato antes de misa. Mi madre me contaba el origen de la devoción familiar; cuando su padre, mi abuelo, era pequeño, cayó gravemente enfermo, le llegaron a hacer incluso una sangría. No sanaba. Alguien dijo de llevarlo y pasarle el manto de la Padecida. Allí fueron. El niño sanó. Desde entonces, sus padres se ofrecieron a sí mismos y a los suyos a ir allí cada ocho de septiembre, a honrar a la Virgen que les había salvado el niño. Cuando me hice algo mayor, mi madre también me confió otra anécdota menos pía en relación al día. La iglesia está en lo alto de un cerro. La leyenda dice que la virgen apareció y que quisieron hacerle una iglesia más abajo, pero cada noche lo que se hacía se caía, ya que la Virgen quería la Iglesia donde había aparecido. Un día, dibujó la silueta del templo sobre la nieve. Al salir de misa, había procesión, y luego, recuerdo, íbamos a la taberna de Miguel (yo aún no conocía a Joao) a comer un bollo preñao. A la hora de comer, íbamos donde Pepe, a Doney. Era septiembre en la Sanabria. La luz de septiembre, los primeros fríos, las últimas fiestas…

También se celebra La Alcobilla. Ahí he ido siempre menos. Castaños, varios pueblos peleando por sus pendones. Un sitio mágico. Hace muchos años, una tarde, allí estábamos, Charly, el Maestro Estaban, Miguelito y yo. Merendando. Los irreductibles. Los que resistíamos hasta las Victorias y aún algunos días después. Los apartaos. Los largos paseos con los pocos que quedábamos ya en cada uno de los pueblos.

Fueron buenos años.

Buen día de fiesta, en la Sanabria.


PS: "Se necesita mucho tiempo para que desaparezca un mundo, pero nada más que tiempo, escribió Gibbon"

Molina, Cesar Antonio: Lugares donde se calma el dolor. Barcelona, Destino, 2009. Página 675

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hoy ocho de septiembre también es la Feria de AB, este año celebra su tercer centenario,siempre recuerdo las noches ya frias y una gran multitud empeñada en no terminar el verano y sus fiestas, noches enteras sin dormir.
NC

Anónimo dijo...

La fiesta "real" de tu pueblo no es el día 8 de septiembre y nunca lo fue. La fiesta "real" de tu pueblo es el segundo domingo de mayo. Otra cosa son las celebraciones actuales por las causas que mencionas.