4.2.11

Cine. Tres

Hay autores a los que siempre hay que darles el beneficio de la duda. Me pasa con Allen, y no me sacarán de ahí. Me pasa, también, con Eastwood. Un tema generacional, yo llegué al cine cuando él dejó de ser Harry el Sucio y se convirtió en director. Todo lo que he visto de él me ha gustado. Algunas cosas muchísimo, otras simplemente bastante. Los buenos directores suelen hacer siempre buen cine, y cuando fallan da igual, sus fallos suelen resultar mejores que la media habitual.

Así que fuimos a ver Más allá de la vida. Algunos amigos me fueron desalentando, pero sabía que debía ir a verla. Me gustó. Es buen cine. No es el mejor Eastwood, pero es que no siempre se puede ser el mejor. Una buena reflexión sobre lo que tanto nos angustia, el vacío de la vida, la angustia del no-ser cuando morimos; la posibilidad o la imposibilidad de trascender. La necesidad de vivir la vida, aquí y ahora, sin muchas más coordenadas básicas. La necesidad de encararla de frente. De considerar la búsqueda de la felicidad como un derecho básico, de la necesidad de vivir conforme a lo que uno siente, a lo que uno piensa.

Londres, París y San Franscisco. Tres ciudades en una sola película. Y veía a Marcus, el hermano de Jason, y pensaba en aquellos versos de Vallejo

Una reflexión bien narrada, bien articulada y que creo ha de merecer la pena ver en versión original (como casi todo, por cierto).

No deje de verla, lector. Es buen cine.


PS: César Vallejo, el piscis peruano, escribió: Hermano, hoy estoy en el poyo de la casa, / donde nos haces una falta sin fondo. / Me acuerdo que jugábamos a esta hora, y que / mamá / nos acariciaba: "Pero hijos..."

PD: en Mérida, de nuevo.

No hay comentarios: