Tantos años después, volví a ver Chisum. La vida de John Chisum, la leyenda de un hombre, el Duque, que se reencarnó, tantos años después en la mi tierra natal, en mi querido notario, al que cariñosamente llamamos Chisun. Esa épica de la pradera. Del valle. Esta ética del Adán americano, de un mundo que empezaba, con hombres siempre dispuestos a pelear por sí mismos por las cosas más elementales y con un sentido recto y cabal de la justicia. Esta estética, en fin, de los grandes ríos, la vida salvaje y las tardes junto al fuego que tantos años después hizo famoso el Marlboro Country.
De fondo, además, la Guerra del Condado de Lincoln, y las figuras de Billy el Niño y de Pat Garrett. Es buena película, no llega al nivel de los Centauros del Desierto, pero tenía que volver a verla.
PS: En Valladolid. On the road again.
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