1.2.11

Leyes y luces

Una ley terrorífica, propia desde luego de la mentalidad del partido que la impulsó. No tanto por su imposibilidad real (¿va a obligar un juez al gobierno a que haga una casa?) sino por las consecuencias lógicas de la misma.

Un apartado especialmente repugnante: cuando el propietario de una vivienda de estas supuestamente sociales supere durante unos años el nivel de renta que los burócratas digan, se le podrá echar de la vivienda. Así, con dos cojones. Esta es la mentailidad de la izquierda: te doy un piso, pero tú, a seguir siendo pobre, no me jodas, no se te ocurra luchar y mejorar, porque te sanciono. No exagero ni un ápice, es lo que dice, literalmente, el 71.1 g) del proyecto de Ley que el gobierno ha remitido al Parlamento vasco.

Pero hay más. Ese Brutal ese artículo 57, un canon para gravar, aún más, una vivienda que algún funcionario declara “deshabitada”, como si eso fuera incumbencia de la Administración. Ese artículo 58 que habla de “alquiler forzoso”, como si el propietario la tuviera vacía por joder y no por la escandalosa falta de seguridad jurídica que padece el dueño en un contrato de arrendamiento. El viejo sueño liberal en relación al Leviatán: fuera de mi cama, fuera de mi casa, fuera de mi bolsillo.

Luego que si estamos en un Estado neoliberal en el que hace falta más intervención pública. Espero que en el pp vasco alguien con sentido común ayude a tirar esa bazofia a la basura.

Viviendas sociales, le dicen. Viviendas para que el pobre siga donde está. Esta es la política social de nuestra izquierda. La más cavernaria del mundo occidental.


PS: "A comienzos de los treinta se promulgó una ley de “densificación” de la habitabilidad de las viviendas. Las autoridades soviéticas pensaban que una sola habitación era suficiente para dormir, trabajar, reposar, comer y recibir visitas. Así puedes, los apartamentos se transformaron en comunas".

Molina, Cesar Antonio: Lugares donde se calma el dolor. Barcelona, Destino, 2009. Página 273


PD: ayer fue un día de luz. De mucha luz.

2 comentarios:

Jordi Roca - PP Tarragona dijo...

A la hora de hablar de izquierda y vivienda, esta entrada es indispensable.

Enhorabuena.

jervert dijo...

Una vivienda proporcionada por la administración pública a un ciudadano, a un precio inferior al de mercado, conlleva costes a las arcas públicas.

Se supone que esa vivienda se le debe dar a gente que no tenga recursos para comprarse una vivienda.
Si una persona que se ajusta a ese perfil con el tiempo deja de darlo (suben sensiblemente sus ingresos), creo que es justo que tenga que dejar la vivienda.

¿Por qué muchas personas a las que no les alcanza para comprar/alquilar una vivienda (o les alcanza por muy poquito) tienen que pagar con sus impuestos la vivienda de otra persona que si puede pagarla?

Y esto sin entrar en los bochornosos sorteos... No hay para todos, y a los que no les toca la vivienda social, pues a pagarse la suya y la del que le ha tocado...