6.9.11

Tierra de lobos

El lobo. El habitante más misterioso de estas tierras. Fue visitar el Centro Temático y empezar a verlos por todos los sitios, como los fantasmas de Ibsen. El caso es que un día subimos a Cubello, un hermosísimo y desconocido valle glaciar que separa el mi pueblo de los vecinos. La puerta a la sierra. Un lugar que no sale en las guías. Unos vecinos nos comentaron que el día anterior vieron, casi arriba del todo, a tres lobos cazando un jabalí, arrinconándolo contra el cauce del río. El lobo es malo, repite mi padre. También los vecinos. ¡Se cuentan tantas historias del lobo…! En apenas unos días, tres o cuatro. Una familia de gitanos que pasaba aquí la mitad del año, envenenada en Portugal por comer una oveja destinada como cebo al lobo. Uno de San Miguel al que le mataron todo el ganado. Las lobadas, cuando en el pueblo se hacían guardias para cazarlo. A su exterminio aquí lo llaman descastarlo. A los pocos días, caminando entre San Juan y Cervantes nos encontramos con Pura, toda una institución aquí. La mujer que demostró que el amor puede más que la sangre, y también nos salió el lobo y las lobadas. De cuando vivían aún en el sierro, quizá la montaña sagrada de los Sappis, como me dijo una tarde de agosto Manoluá. De cuando atacaban a las mujeres. El lobo como ser maléfico y astuto. Y mientras atravesamos Lobeznos de camino a las aguas de Calabor, pienso que no es que el lobo haya vuelto. Es que nunca se fue. Y quizá ahora, con todas estas tierras ya casi abandonadas, vuelva a reivindicar su dominio sobre estos lugares.

Lugares de lobos.

2 comentarios:

Hornuez dijo...

Algún día me gustaría leerte alguna disertación sobre lo que yo llamo "moral agrícola". En contraposición con el calvinismo, en el que la salvación está dictada de antemano y no se puede hacer nada para cambiarlo, en la España rural se tiende a un fatalismo en el que siempre elementos no religiosos determinan la suerte de la vida: El lobo, el pedrisco, los judíos, el cacique, la sequía... Jamás uno es responsable de su propia suerte.

Que ganas tendo que desaparezca la agricultura en este país...

Espectador dijo...

"... Jamás uno es responsable de su propia suerte.

Que ganas tendo que desaparezca la agricultura en este país..."

Siento defraudarle. Conozco Catedráticos de Universidad con exactamente esa misma actitud. Nada de lo que les sale mal es culpa suya; siempre hay algún otro responsable de la fatalidad.

Para eso no hace falta ser campesino. Se puede ser hasta Presidente de Gobierno.

¿Le suenan los egoístas Mercados, los malvados especuladores, la burbuja inmobiliaria, la falta de colaboración de la Oposición,...?