23.2.12

Sábado gafapasta

Me acerqué con Elicia al Cosmocaixa. Como no nació en los sesenta, nadie le dirá nunca, espero, que la cultura es tortura, y crecerá en un entorno en el que se valorará el esfuerzo y el conocimiento. Para colaborar, intento que se familiarice cuanto antes con aquellos lugares que nos permiten reconocernos como personas. El suyo es un viaje iniciático. Pero yo también viajo: volver a mirar algunos conceptos con los ojos de un niño: el tacto, el olor, la vista. El Péndulo de Foucault, o cómo entender que somos nosotros los que nos movemos; la ilusión de Meliés, el cine como un sueño. Al acabar, había un cuentacuentos. Una Fundación, la Roger Torné, y la necesidad de que los niños entiendan que necesitamos entornos limpios para vivir. Volvemos en el coche y la niña me pregunta que porqué es tan importante que el aire esté limpio. Voy a iniciar una sesuda perorata pero me detengo mirándola por el retrovisor: “a qué respiras mejor cuando estás en Sanabria en la pradera, que cuando estás en un parquin con un montón de coches”. No sé si lo ha entendido, pero asiente con la cabeza y sigue leyendo el libro de cuentos de Mabel Piérola que le ha firmado la autora. Está feliz.

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