7.9.12

Volver a la realidad con el arte degenerado


Cuando uno vuelve a la meseta, la mejor forma de aclimatarse a estos vapores cancerígenos que la recorren es dejarse llevar por la vida cultural de esta ciudad con mar, hermosa y abierta. Así que nos dejamos llevar. Nos acercamos primero a la MAPFRE para ver la exposición sobre Kirchner que estaba a punto de terminarse. Un trabajo magnífico, muy bien organizado, que permite ver la evolución del autor, un viaje que en realidad es un viaje por el arte de la primera mitad del XX. El fascinante mundo de la pintura, un mundo en el que no es difícil ver como unos autores se influyen en otros. Algunos cuadros podrían ser de Chagall y algunos podrían ser de Picasso. No es sencillo organizar de una manera tan elegante una exposición sobre un pintor tan complejo.
Salía de la exposición pensando en cómo para una mente premoderna, como la nazi o la comunista, este arte tenía que ser, forzosamente, degenerado. Gentuza como Renau, el cartelista soviético cuyos carteles son en realidad intercambiables por los nazis, consideraba a la gente como Kirchner “individualistas burgueses”. Y pensaba también en aquellos que, como Zweig o Kirchner, no fueron capaces de soportar la idea de un mundo sin libertad. Y también me miraba las manos y sentía ese resentimiento que siempre me corroe cuando las miro: no ser capaz de hacer nada con ellas. No dibujar. No tocar instrumentos. La terrible soledad de la incultura.

PS: tantas derrotas, y tan pocas Victorias

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya veo que se va de fiesta, blogger, páselo bien por su tierra!!