Fuimos
a ver la Exposición de Blake. La modernidad de algunos autores es desconcertante.
Algunas de las imágenes podrían ser de principios del XX. O de ayer mismo. Un
autor desconocido para mí. Esos vacíos en la pintura. Una exposición bien
organizada, que muestra me lleva de la mano para enseñarme la influencia que el
autor ha tenido en el arte inglés desde su muerte.
Regresé, por cierto, al Nacional del Prado.
Pero esta vez iba con una compañía especial. Intentamos nos ser pesados y que
la visita no se hiciera larga. Sólo un paseo por la Sala 12, la que guarda la mirada del Conde Duque, la que te hace sentir que el espectador es la persona a la que está pintando D. Diego. Y
acercarnos un momento a saludar
a Goya. Acercarte a los maestros con sólo cinco
años. Descubrir la magia, tan pronto.
Bienvenida a este mundo Elicia…
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