18.11.08

Eran hombres de otro tiempo

Acabo el tercer volumen de las memorias de Chateaubriand. La vida de las personas, bien contada, puede ser fascinante. Un noble bretón que conoció de manera secundaria la corte previa a la Revolución, el baño de sangre posterior a 1789 y luego el exilio al servicio de la Monarquía. Un viajero infatigable que estuvo en América y en el Oriente Próximo. Un hombre, además., extraordinariamente culto. Un antimoderno, quizá, en el mejor sentido de la palabra. Sus juicios sobre Napoleón, su opinión sobre la política francesa, aunque teñidos de cierto chauvinismo, son ciertamente certeros. Sus memorias, escritas para ser leídas cuando él hubiera muerto, son una magnífica guía para seguir la vida política francesa durante medio siglo. La Restauración, los Cien Días, la llegada al trono de Carlos X. De hecho, el tercer volumen acaba con la revuelta que sube al trono a Luis Felipe de Orleans. Para la gente que como yo se formó en la cultura anglosajona, es una magnífica oportunidad de conocer la vida política francesa de inicios del XIX. Pero es, también, algo más: es la oportunidad de acceder a un mundo que ya despareció, un mundo del que venimos y que ya hemos olvidado casi por completo. El mundo que acabó forjando el Estado liberal del XIX, con sus contradicciones, sus errores y sus aciertos.  Y un mundo en el que, lo vamos viendo, los que ahora nos aparecen más interesantes fueron, precisamente, aquellos que supieron ver las dos caras de lo que se les venía encima, más allá de discursos optimistas y del progresismo de salón. "Eran hombres de otro tiempo", me dijo alguien, una vez, un verano, bajando al río, mientras hablábamos de ellos.

 

PS: "¿Por qué nacería yo en una época en que me encontraba tan fuera de lugar? ¿Por qué he sido realista en contra de mi instinto en unos tiempos en que una miserable ralea de cortesanos no podía ni comprenderme ni hacerme caso? ¿Por qué fui arrojado entre ese grupo  de mediocridades que me tomaban por un descerebrado cuando les hablaba de valor;  por un revolucionario cuando hablaba de libertad?"

Chateaubriand, François de: Memorias de ultratumba (Libros XIII-XXIV). Tomo II. Página 1.236.

 

PD: Para pasar el reato, empiezo La izquierda burguesa y la tragedia de la II República.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me interesa. Si no te importa, ¿me podrías dar las señas del libro?

Gracias

El Perdíu dijo...

Estimando anónimo, si se refiere al primero de ellos, Las memorias de ultratumba, están editadas por el acantilado. En el enlace de las primeras líneas puede ir a él. Respecto al de la izquierda burguesa, pinchando en el artículo también puede ir a la referencia.
Un saludo