11.11.08

La leica de Mola, topicazos rusos y un robo de tren

Acabo El hombre de la leica, una novela sobre el general Mola y el inicio de la guerra civil. No es un tema fácil, y menos para un escritor navarro. El libro se lee bien, aunque está impregnado de todo el pensamiento políticamente correcto necesario para hablar de la guerra civil a generaciones idiotizadas por la televisión y el fútbol, a saber: que fue una guerra del bien contra el mal, que  los que mataban en el bando golpista eran “asesinos” y los que lo hacían en el bando republicano eran simplemente unos “descerebrados”. La parte más interesante del libro es la que novela toda la trama previa al golpe: aquello iba a ser un pronunciamiento heterogéneo para cambiar la República, y no parece que en ningún momento sus autores pensaran en una guerra y menos de tres años de duración.

El libro me suscita varias reflexiones; la primera de ellas, que va a ser verdad lo de la baraka del general Franco. El hombre del golpe era Sanjurjo, y se mató; el Director de la conspiración era Mola, y se mató; el pretendiente carlista, Alfonso Carlos, también se mató en septiembre de 1936, dejando huérfanos a sus hombres. Sólo en un escenario así pudo soñar el general Franco, tan indeciso cuando se preparaba el golpe, con hacerse con el control del bando rebelde. También se da cuenta uno de la heterogénea amalgama que formaban los militares rebeldes: republicanos como Queipo, masones como Cabanellas, monárquicos como Sanjurjo, conservadores como Mola, falangistas como Yagüe, lo que reafirma que denominar "fascista" al bando golpista es tan exacto como denominar “comunista” al bando republicano. En fin, un horror la guerra civil española, atolladero infinito del que creo que sólo se sale aplicando las tres pes de Azaña: paz, piedad y perdón.

Aborté la lectura de otro libro en su página veinte, “En Rusia todo es posible. Relatos de la desmesura”. Inane colección de topicazos que nada aportaba, y no anda uno sobrado de tiempo como para perderlo en bobadas.

En fin, por acabar con los libros, murió Michael Crichton. Lo conocí mucho antes de que se hiciera famoso por Parque Jurásico. En el verano de 1989 devoré “El gran robo del tren” y guardo aún un magnífico recuerdo de la novela y de su última frase. Hace poco leí "Estado de miedo", sobre las jeremiadas ecologistas. Una novela correcta que no viene mal para rebajar la tensión climática a la que nos someten, día sí y día también, los medios.

 

PS: Paul Johnson escribió una vez en relación a la Guerra Civil española: “Sobre ningún episodio de los años treinta se ha mentido tanto como sobre éste, y sólo en años recientes han empezado los historiadores a extraer la verdad de la montaña de mendacidad bajo la cual estuvo oculta durante una generación”. 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Como es posible que alguien que solo tiene 34 años, como he podido ver en tu perfil, sea un nostalgico de tomo y lomo de la dictadura fascista del general Franco? Me resulta increible

Anónimo dijo...

justo por eso supongo

El Perdíu dijo...

Estimado anónimo primero. Què pesadez responder comentarios como el suyo. Qué ofuscación, por Dios.