13.1.09

Hablares y decires

Hace frío en Madrid. Vuelvo al trabajo. Unos días en Sanabria, observando cómo se me transforma allí el habla. Uno tiene un habla familiar y otro para el mundo urbano. Cuando el habla familiar coincide con un entorno rural y escasamente alfabetizado en castellano, el habla pasa de la familia al espacio público. Como tantas otras cosas, fue Hornuez el que primero se dio cuenta.  Él venía de un espacio en que se hablaba un  castellano más pulido, más cercano a las rutas de comunicación. Y nos observaba: el femenino para los árboles (la peral, la manzanal, la cerezal, la nogal…), el castellano antiguo para algunas especies (el negrillo) y para algunas profesiones (el alfayate). Las irregularidades verbales que conservan los viejos, los que vieron poca televisión (héis visto que las mis zapatillas no están en su sitio) En mi tierra, periférica y pobre, la gente cree que es gallego. A ratos intento contarles que no tiene nada de gallego. Son restos de un dialecto, el leonés, que se comió la pujanza del castellano durante siglos. Únicamente en los sitios pobres y periféricos logró sobrevivir, ante la ausencia de una educación formal por parte del Estado.

Ahora los hay en Zamora que reivindican el carácter oficial para el leonés. Y en breve dirán que el castellano no es la lengua de Sanabria, como si la mi tierra senabresa tuviera algún idioma.

  

Corolario: El lingüista francés Henrry Gobard sostiene que toda lengua de civilización comprende necesariamente cuatro niveles o registros distintos: la lengua vernácula, de ámbito rural y familiar; la lengua urbana o de relación; la lengua referencial, de cultura y sentido y la lengua mítica, la del horizonte religioso y espiritual de la civilización de que se trate que, en nuestro caso es, sin duda, el latín.

Juaristi, Jon: “En los márgenes de la latinidad” en Juaristi, Jon: Sermo Humilis (Poesía y poética). Diputación de Granada, Granada, 1999.  Página 52.

9 comentarios:

Butzer dijo...

Poco tardará la versión leonesa de Montilla en llegar al gobierno de León, si es que no ha llegado ya. La diferencia, es que no hay mucho dinero.Todavía.

Butzer dijo...
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Butzer dijo...
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Butzer dijo...
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Unknown dijo...

nun sei cuantas veces hei de decilo:
El senabrés, cumu bien dis tu nu tou blog, nun ye mas q'un restu de leonés, ni gellego nin cousa parcida.
Peru, no pur esu, vamus a deci que fonen nuestrus buelus lus tinien un Rh mijor u pior, no, quei va ser eso!
Nuestrus buelus solu estuvionen, cumu lus canguros en australia pero menus, estuvionen, dicié yo separaus de la cultura.
Y si claru que estu ye cultura, nun te jode, pero a ellos solo les sirviou pa esmouchar robles, segar baraños, pudar sebes, hacer murnales, criar curdeiros y jatus y sacar a pastiar la facienda.
Ninguno se fizo ni Ingeniero de Caminos ni Abogado, esu lo fecionen outros "menus cultos"

Unknown dijo...

En Cristiano:
No se cuantas veces lo habré dicho:
El Sanabrés, si alguna vez existió, y como bien dices en tu blog, no es mas que un resto de leonés, ni gallego ni leches.
Es mas, el sanabrés de mi pueblo es diferente al sanabrés del pueblo de al lado. Asi, con un par.
Nuestros abuelos solo estuvieron, como los canguros en astralia pero un poco menos, estuvieron decía yo, aislados de la cultura.
Y si, claro que lo suyo era cultura, pero no por eso tenían un RH diferente, ni tampoco les sirvió esa cultura mas que para podar robles y criar ganado.
Lo de ser Ingeniero de Caminos o Abogado, quedó para otros "menos cultos" que ellos.

Anónimo dijo...

Vei diendo

Hornuez dijo...
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Hornuez dijo...

A parte, también tenéis una capacidad suprema para hablar a toda velocidad, un pésimo gusto por el vino y una difícil relación alegría - fiesta.