14.8.10

Teoría del espejo (¿y II?)

Es sólo una teoría, escribía. Los gestos, las miradas. Quizá mi teoría sea no más que la barata reflexión de barra de bar de un sociólogo, quizá no valga para nada. Es posible, además, estar en desacuerdo con ella. Quizá los gestos no digan nada. Nada de nada. Quizá nosotros los hagamos y no nos demos cuenta. Quizá las miradas sean efímeras, como las estrellas fugaces en el cielo, y no anuncien ninguna cosa. Quizá sea yo el que no soy empático, a fuer de ser impulsivo. Quizá lo mejor es darse la vuelta e irse…
Pero, en cualquier caso, toda teoría tiene siempre un corolario. Viajar siempre, en sueños, con un pequeño espejo. Uno de esos espejos inocentes, de tocador, que venden en cualquier supermercado. Uno de esos que se usan para mirar las espinillas de la nariz o, ellas, para hacerse las cejas. Da igual el color de la tapa. Llevarlo. Siempre a partir de ahora. Y cuando llegue el momento, cuando esa mirada, ese gesto, se produzca, abrir el espejo y ponerlo enfrente...
¿Qué ocurrirá?
Quizá así se rompa el hechizo y la persona, al ver su gesto, recapacite y huya.
O quizá se entregue.
Dejemos hablar a Luis García Jambrina, el crítico que más ha trabajado la obra del poeta, y escuchemos su reflexión al hilo de otro soberbio poema ("Una aparición"). dice el crítico, y cito literal: "Al final, el personaje se esfuma, con el dibujo, en su propio soplido; en el aire quedan resonando las palabras "Adios. / Yo soy el Rey del Humo"


PS: Claudio Rodríguez falleció en Madrid en 1999. Como la vida es una sucesión de azares, el Ayuntamiento de la Villa, ciudad en la que vivió durante muchos años, puso una calle a su nombre a menos de doscientos metros de mi casa. Tardé muchos años en descubrirlo, pero creo que ya no me abandonará…

PD: "Es la sorpresa de la claridad, / la inocencia de la contemplación, / el secreto que abre con moldura y asombro / la primera nevada y la primera lluvia". (Claudio Rodríguez, “Casi una leyenda”, 1991)

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