13.6.13

La inquietante hipótesis de la prescripción del yo

Hablábamos ayer de En nombre de Franco, el último ensayo de Arcadi Espada.  Algunas reflexiones son tan interesantes que no entran en un artículo. La continuidad del yo como una ilusión cultural. A cuenta del tal Martínez Tomás, periodista antisemita en 1938 convertido en un adalid de la causa aliada en 1976. El párrafo, memorable de Espada, que no me resisto a citar aquí y que aparece en la página 87 del libro:

La explicación inmediata de la conducta del periodista  podría aludir al oportunismo. Era simple: en 1976 Martínez Tomás se aprestaba a morir en demócrata. Pero quizá fuese demasiado simple. Su conducta planteaba, aunque con menor trascendencia dramática, los interrogantes de La caja de música, la película de Costa-Gavras, y el obsesivo misterio de cómo aquel abuelo cariñoso y entrañable que empujaba el columpio de su nieto podía haber sido un joven asesino nazi. Tanto en el caso de Antonio Martínez Tomás como en el de Armin Mueller-Stahl era posible dar una explicación algo más sofisticada: el joven y el viejo no eran la misma persona y la unidad del yo una probable ilusión cognitiva”.



¿Y si el yo prescribiera? La identidad occidental se basa en la idea de que somos los mismos al inicio que al final. Más sabios, o más bobos, pero los mismos. Por eso  somos responsables de nuestros actos y pagamos por ellos. 
Quizá por eso aquellos versos  de Joseemilio Pacheco, recordando que "ya somos todos aquello / contra lo que luchamos a los veinte años" esconden menos carga moral de la que parece. Quizá es que ya no seamos los mismo. 
Quizá es que, dentro de unos años, cuando me lea aquí, no reconozca ya al autor. Ni siquiera sea capaz de reconocer a sus  lectores. Ni a sus lectoras, claro. 


PS: en Toledo. Predicando. 

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