Llego, no sé cómo, a la Operación Nilokai, un documental (¿?) de la televisión pública y nacionalista catalana, la tal TV3, rodado en los noventa sobre el asesinato de Andrés Nin. El tono del documental es hagiográfico y buscando una relación de Nin con el nacionalismo que nunca existió. El tono grandilocuente -el golpe bolchevique como La Revolución, el ideario comunista son "los ideales de octubre"- imbrica con el retrato que se hace de Nin como de un hombre valiente, coherente, íntegro; la Seguridad Social fue, en fin, prácticamente "un invento de octubre".
En fin, Pla lo consideró siempre un dogmático y Nin se echaba unas risas hablando de violencia política ejercida contra otros: "Nosotros hemos resuelto la cuestión religiosa, hemos suprimido los sacerdotes, las iglesias y el culto". Su asesinato a manos de los asesinos de Stalin no mejora ni su vida, ni su obra ni, desde luego, su legado. Quien cree que en política es lícito torturar y matar no debería de sorprenderse cuando la víctima es él.
PS: los embajadores de la dictadura soviética durante la guerra fueron ejecutados por el partido-guía tras ser llamados de vuelta a Moscú. Justicia poética, desde luego. Marcel Rosemberg fue el primero, si la memoria no me falla: nombrado en agosto de 1936 y cesado en febrero de 1937. Fue ejecutado parece que en marzo de 1938. Su sucesor en la legación fue Leon Gaykis, que duró poco. En mayo del 37 fue llamado también a Moscú y parece que también fue ejecutado en agosto de ese año en Moscú. hasta el final de la guerra el embajador de facto fue el armenio Marchenko, arrestado en agosto de 1939 en Moscú y fusilado en el verano de 1941. En fin, el cónsul general en Barcelona Vladimir Antonov-Ovseyenko fue cesado en agosto del 37, arrestado en octubre, condenado a muerte en febrero del 38 y ejecutado año siguiente...
Tan hermoso como poético todo...
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