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29.6.24

Un poco harto

Un poco harto de todas estas cosas, la verdad. No solo de la calidad, que también. Del mensaje de fondo. La sociedad es más sabia que sus miembros por separado y si, a tu edad, vives con un compañero de piso ("compartiendo piso -esta vez con mi novio- y en un estado de desarraigo y alerta") en vez de comprometerte con una pareja de verdad, no nos des la paliza. No hay "postparto" de un libro, aunque sea el primero. Los perros no suplen nada. Y no nos achaques tu soledad cuando estés cerca de los sesenta y el envejecimiento haya hecho mella en tu piel...

En fin



17.3.23

Lo que queda de El País

 Lo sigo comprando a ratos, pero cada vez es más difícil. El domingo pasado:

  • Tribuna (otra más) sobre feminismo.
  • Columna de un tal Lindo sobre el Clítoris.
  • De actualidad: represión del franquismo contra las mujeres (republicanas) hace ochenta años. Doble página. Ni una sola referencia, claro, a las miles de monjas vejadas, violadas y asesinadas por la legalidad republicana...
  • La peluquería como refugio para mujeres con malos tratos


Y así todo

Madre mía, para lo que ha quedado el medio...

9.3.23

Acusar y viaje al campo

 La recomendaba el maestro Espada y luego el maese Latorre, así que nos pusimos con El Acusado. Buen cine francés sobre un mundo lleno de matices y de zonas grises, tan lejos del griterío de las sospechosas habituales de aquí abajo. 



Vimos también la primera temporada de Genius, magnífica, y nos ponemos con Todas las criaturas grandes y pequeñas

A ver qué tal...

9.4.22

Querellas en la izquierda extrema

Si no intentaran convertir en ley sus desvaríos, me limitaría pedir palomitas cada vez que veo estas peleas entre los múltiples, plurales, diversos y moralmente superiores feminismos de las izquierdas. La tal Laing el otro día, y este párrafo impagableY el asunto actual es la gente trans, y las feministas transfóbicas frente a las feministas transpositivas —con las que me identifico claramente, como persona trans que soy—. Encuentro todo esto muy triste, porque creo que hay toda una generación de feministas que han sido sometidas al exilio y al ostracismo, porque no ha existido el suficiente diálogo, la suficiente conversación. 

"Feministas transpostivas".

Nada más. Y nada menos...

4.9.21

Fatigas lectureras

Se está convirtiendo en agotador leer El País. Todo lo hacemos mal y todas nuestras creencias son erróneas. De fondo, feminismo a todas horas y con todos lo temas. El primer domingo de agosto en el semanal, “El síndrome de lesbiana muerta” criticando que la ficción audiovisual “condena a las mujeres que aman a otras mujeres a fallecer violentamente o desaparecer con el corazón roto”. Mujeres condenadas para las que “no hay final feliz”.  

Y así todo

9.4.21

Bobadas y tal

Pocos se atreven a escribir lo que escribe Arcadi Espada. El otro día, combatiendo de manera fáctica la bobada esa de que las mujeres gestionan mejor -por ser mujeres- que los varones. Y ahí está el fracaso de la campaña de vacunación europea dirigida por tres mujeres: presidenta, comisaria y directora general. 

Cuéntame que llueve.  

25.9.19

Género

Arcadi Espada y la ideología de género. Un artículo para enmarcar, que casi se me escapa: acabaremos todos teniendo que probar nuestra inocencia.


9.7.19

Cayetana y el sí

Nadie se ha atrevido aún a plantearlo así. Lo hizo Cayetana Álvarez en el debate electoral y lo repitió el otro día en la entrevista de Landaluce. Hay que tener valor e inteligencia para desafiar así el consenso hegemónico del feminismo radical en España.  Y es que ya nos lo recordaba aquella canción que sonaba en la prehistoria de Ciudadanos "no pensar diferente es quizá no pensar..."

27.4.19

Esas cifras, también

Miramos las brechas solo desde una óptica, por interés, pero hay otras, y lo contaba con la maestría habitual Arcadi Espada en El Mundo: "un hombre es el 93% de los accidentes laborales, el 97% de las víctimas de guerra, el 79% de las víctimas de homicidios, el 80% de los suicidas, el 75% de los homeless y casi la mitad de aquellos que sin derecho de visita siguen apoyando económicamente a sus hijos".


25.6.18

Hombres y mujeres

El otro día, en El Mundo. Cosas incorrectas por las que merece la pena leer la prensa. No se pierdan la entrevista a Camille Paglia. En breve será delito...

31.3.18

Inquisiciones de las nuevas

El feminismo como nueva inquisición, por Mario Vargas, el otro día en El País: los nuevos puritanos, a vueltas con los libros pornográficos. La novela nos permite entrever ese  otro yo que llevamos dentro... No se lo pierdan.

8.3.18

Huelga

Día de huelga. Aquí está el manifiesto de las convocantes. La huelga es un derecho y no hay nada más que decir. Pero creo que es bueno saber qué cosas apoya cada una y cada uno. En concreto, las personas que apoyan la huelga de mañana entiendo que lo que hacen es gritar (literal) "bien fuerte contra el neoliberalismo salvaje" y exigen la "despatologización de nuestras vidas" porque consideran que la "medicalización responde a intereses de grandes empresas".

En fin, no todas las mujeres opinan lo mismo y hay algunas que afortunadamente, señalan que no se reconocen "víctimas de nuestros hermanos, parejas, padres, hijos, amigos y compañeros, nuestros iguales masculinos. Nos rebelamos contra esa política de identidad que nos aprisiona en un bloque monolítico de pensamiento que niega la individualidad."

13.2.18

Entrevistas que justifican el precio del diario

Hay veces en las que una sola cosa justifica el precio del diario. El lunes en El Mundo, Cayetana Álvarez entrevistó a Jordan Peterson  y el resultado fue un festival. No se la pierda por nada del mundo, lector.

PS: y de postre, esta entrevista:


17.3.17

Feminismo

El otro día en El Mundo. Cayetana Álvarez hablando de feminismo. Muy interesante su enfoque a través del hilo conductor de Camile Paglia. No se lo pierda, desocupado lector

11.9.12

La gente peligrosa y la educación de la mujer...


Aquella gente peligrosa. El papel de las mujeres.  Si la educación en aquellos momentos era escasa y rígida, para las mujeres era inexistente: aprender a bordar las más pobres, algo de canto o algún idioma para las ricas. Pero la concepción era la misma en ambos casos: seres peligrosos a los que no formar porque, en el fondo, eran el diablo que hacía enloquecer al hombre. Para la gente peligrosa que protagoniza el libro, para aquellos radicales que perdieron la batalla de la Ilustración, la mujer era algo más. Mucho más. Era algo revolucionario. Aunque externamente permanecieron ligados a la moral de la época: esposas, amantes… iban buscando algo que los conecta con esa revolución del siglo XX que ha supuesto, en occidente, la visibilización de las mujeres.  Y es que tanto Diderot, con Sophie Volland, como Grimm, otro de los amigos peligrosos, eligieron como amantes a compañeras en el sentido último de la palabra: personas con las que compartir no sólo lecho, sino también inquietudes, miedos, temores, confidencias.

Eran gente peligrosa porque acabaron asumiendo, pese a su entorno, pese a su formación, que en la vida es mejor sumar que restar…


PS: "Si bien muchos contemporáneos pensaban que esta situación  [la falta de educación de la mujer] era aceptable a causa de la inferioridad intelectual de las niñas, Diderot, D´Holbach y Grimm opinaban que las diferencias en materia de logros entre hombres y mujeres eran el resultado de una educación deficiente e incluso represiva, de un vasto sistema montado para oprimir a las mujeres [...]" 
Blom, P.: Gente peligrosa. El radicalismo olvidado de la Ilustración europea. Anagrama, Barcelona, 2012. Página 303

8.9.12

Las mujeres y la gente peligrosa


Aquella gente peligrosa. Su relación con las mujeres. Estábamos en el XVIII. En mi pueblo, Blas Cantón levantaba una capilla y las mujeres pasaban de hijas a madres sin haber sido nunca personas del todo. No sabían escribir. No hacía falta; ¿para qué? Si hasta las herencias las hacían sus maridos o sus hijos. En el Salón de D´Holbach, entre tanto, se juntaban algunas personas que pensaban que una mujer era mucho más que una madre, o que una amante. Esa visión total de la mujer entendida como alguien dotado de autonomía propia y cuyo papel trasciende los roles asignados era algo revolucionario en la época. Para algunos de aquellos radicales, la mujer es alguien que nos acompaña en el camino de la vida. Es esa persona que nos ayuda a crecer. Esa persona sin la cual no somos nada.

Ahí está el caso de Denis. Diderot casó mal. Cosas de familia. No quería ser cura y al final tuvo que sentar la cabeza. Su mujer no lo entendió nunca: siempre entre libros, siempre hablando, siempre conversando. Por eso, buscó en otro lugar lo que un aburrido hogar burgués de rosario y procesión no le daba. Y lo encontró. Vaya que si lo encontró. Quizá la historia entre Diderot y Sophie Volland sea una de las historias más fascinantes del libro. Intuir, sólo intuir, la manera en la que un hombre culto y sensible del XVIII era capaz de ver en una mujer algo más que un cuerpo sobre el que gozar o un capricho que sostener. Encontró una compañera para un viaje largo y duro. Y conocemos sólo una parte de aquel viaje porque no todas las cartas que se cruzaron durante años, sobre todo los veranos, que pasaban separados, porque Diderot estaba casado y se iba con su familia, no todas esas cartas, digo, han llegado hasta nosotros. Algunas fueron purgadas por los descendientes, que las consideraban poco adecuadas a la dignidad de un amantísimo padre de familia.

Seguiremos conversando sobre el tema. Está amaneciendo y la visión a estas horas de “las montañas más frías de toda Castilla”, como se referían los jesuitas en el XVIII a esas montañas que separan la Alta Sanabria de la Sanabria central es una visión demasiado cautivadora como para seguir escribiendo…


PS: “Aun cuando gran parte de ese extenso y apasionado epistolario se haya sacrificado por mor del decoro, los cientos de cartas que han sobrevivido siguen brindando un retrato extraordinariamente vívido de un encuentro de dos cuerpos y dos mentes que se prolongó durante más de dos décadas. Pues, además de sus sentimientos, Diderot escribió, entre otras cosas, sobre libros que ambos estaban leyendo y prosiguió en las misivas conversaciones iniciadas en sus encuentros con Sophie