18.12.05

La radio, y la tele

Oscar, un amigo malvado, me regaló hace tiempo el "Cocidito madrileño", un resumen listado por orden alfabético del programa homónimo de la radió pública nacionalista vasca. He podido terminar de hojearlo durante la convalecencia. Está uno todo el día escuchando el programa y se queda con el corte que más le interesa. Tiene poca gracia, para aquellos de mis improbables lectores que no lo conozcan, se trata de un programa en el que se recogen cortes de programas de las demoniacas emisoras españolas para demostrar a los vascos que, efectivamente, son una raza sitiada y vilipendiada por el resto de los habitantes del Estado. Seguro que la tevestrés tiene algo parecido. Estoy un poco cansado de estas cosas. Cuando sólo se es crítico es una dirección, uno no es una voz libre o comprometida, sino un simple lacayo del que manda. Es decir, lo que son, entre otros Ferreres en , o los guiñoles del plus (humor inteligente me dicen, ya saben, Aznar sale de Darth Vader, Cascos como Hannibal Lecter y el simplón sale de Don quijote y su ministro de economía como Sancho Panza, buena ecuanimidad).

Por cierto, tres días metido en casa y me reafirmo: qué mala es la televisión. 

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