31.1.06

Cine

Hubo una época en la que iba a ver, preferentemente, cine español. Era la época de defendamos nuestra cultura y nuestra industria. Luego, afortunadamente, se me pasó. Hoy a ver el cine que me gusta, los directores que me atraen; algunos son españoles, otros muchos no. Nunca me ha gustado el proteccionismo, suele ser el último refugio de los caraduras. Uno debe disfrutar de lo que el mundo le ofrece, con independencia de dónde sea producido.
Nadie entendería que se impusieran cuotas a los libros escritos por autores nacidos en otros países, o a las series de televisión, o a los restaurantes japoneses. Sin embargo, eso pasa en el cine. Lo mejor de todo es que quienes claman a ultranza por proteger nuestro (¿?) cine son los que más van de antinacionalistas españoles por el mundo. Los que dicen que esto es un Estado y no una nación y son tan progres que siempre encuentran un motivo para protestar cuando los suyos no están en el gobierno. Es curioso cómo este nacionalismo tan primario y paleto a la hora de hablar de sus sueldos se vuelve internacionalismo proletario a la hora de hablar del resto del mundo.
En fin, me gusta el buen cine, y, como a tantas otras cosas, procuro no mirarle la etiqueta. En cualquier caso, me molesta profundamente que con mi dinero se financie a quien no es capaz de competir en el mercado. Es como si mi empresa tuviera clientela garantizada por ser de capital español. Porque en el fondo, lo que estos progres de postal que jamás han protestado contra la ETA (porque la ETA puede matarlos, pero Bush no) están diciendo es que el público es imbécil y que no sabe lo que quiere. Menos mal que están ellos ahí para darnos cultura de la buena, a ser posible sin guión y con actores inexpresivos...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Porque en el fondo, lo que estos progres de postal que jamás han protestado contra la ETA (porque la ETA puede matarlos, pero Bush no) están diciendo es que el público es imbécil y que no sabe lo que quiere."

han protestado en numerosas ocasiones. Varias veces en la gala e incluso el presidente (entonces) de la academia, borau, salió al escenario el año que mataron a miguel angel blanco con las manos blancas pidiendo el fin de eta. Vamos, que no.

El Perdíu dijo...

Efectivamente, Borau salío el año en que mataron a Tomás y Valiente. Pero no estaba pensando en él; estaba pensando en Ariadna Gil, en León de Aranoa, en Carbonell, en Trueba, en Medem, en Imanol Arias, en Olea, en Willy Toledo,en (los) Bardem, en San Juán... en tantos que jamás han abierto la boca en San Sebastián ni en ningún otro sitio para condenar el terrorismo. Probablemente porque es menos arriesgado mostrar el compromiso contra Bush o contra la invasión de Irac que contra los etarras