27.3.06

Lunes, libros, género y número

Terminada ya "La vengaza de la historia" de Terstch, interesante, aunque sin llegar a la profundidad de Kaplan (de quien por cierto he adquirido este fin de semana "La anarquía que viene"). Por respeto y consideración a mis compañeros, principio "La aventura del tocador de señoras". De monento está entretenido, así que sigo con él.
En fin, una recomendación a mis improbables lectores. Está ya en la red el Diccionario Panhispánico de dudas, de la Real Academia. Les sugiero que guarden la dirección en favoritos, ya que es un instrumento útil para no maltratar demasiado el idioma y evitar su progresivo empobrecimiento. Veamos un ejemplo en una batalla que yo casi he dado por perdida. Uno escribe "género" en el panhispánico y veamos lo que pone en el punto 2.1:

"En los sustantivos que designan seres animados, el masculino gramatical no solo se emplea para referirse a los individuos de sexo masculino, sino también para designar la clase, esto es, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: El hombre es el único animal racional; El gato es un buen animal de compañía. Consecuentemente, los nombres apelativos masculinos, cuando se emplean en plural, pueden incluir en su designación a seres de uno y otro sexo: Los hombres prehistóricos se vestían con pieles de animales; En mi barrio hay muchos gatos (de la referencia no quedan excluidas ni las mujeres prehistóricas ni las gatas). Así, con la expresión los alumnos podemos referirnos a un colectivo formado exclusivamente por alumnos varones, pero también a un colectivo mixto, formado por chicos y chicas. A pesar de ello, en los últimos tiempos, por razones de corrección política, que no de corrección lingüística, se está extendiendo la costumbre de hacer explícita en estos casos la alusión a ambos sexos: «Decidió luchar ella, y ayudar a sus compañeros y compañeras» (Excélsior [Méx.] 5.9.96). Se olvida que en la lengua está prevista la posibilidad de referirse a colectivos mixtos a través del género gramatical masculino, posibilidad en la que no debe verse intención discriminatoria alguna, sino la aplicación de la ley lingüística de la economía expresiva; así pues, en el ejemplo citado pudo —y debió— decirse, simplemente, ayudar a sus compañeros. Solo cuando la oposición de sexos es un factor relevante en el contexto, es necesaria la presencia explícita de ambos géneros: La proporción de alumnos y alumnas en las aulas se ha ido invirtiendo progresivamente; En las actividades deportivas deberán participar por igual alumnos y alumnas. "

Supongo que a feministas y demás patulea pedirles que lean el diccionario es demasiado.

PD: Las mudanzas son inacabables.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta es una de las cosas que me ponen de mal humor. El rollo del lenguaje políticamente correcto. No hay mayor estupidez que ver a algún político soltando su "todos y todas", "diputados y diputadas", "compañeros y compañeras".

Sinceramente pienso que la mujer que se sienta excluida al usar el plural "todos", "compañeros", etc. es simplemente estúpida. O bien que tiene una poltrona pagada por todos que se denomina "de la mujer" (vocalía, concejalía, subsecretaría, consejería, etc.) y no tiene mejor ocurrencia para defender a la mujer que defender este uso del lenguaje. Pues si éste es el mayor problema de la mujer, entonces es que está muy bien en la sociedad. Claro que tristemente no es así, hay otras cosas que la mujer todavía tiene que conquistar que sí son importantes y por las que no tienen tanto empeño esos cargos "de la mujer".