12.1.11

Malos sitios para la lírica

Pakistán.

Hay sitios donde, desde hace dos mil años, es jodido nacer. Las fronteras, por ejemplo. O los sitios de paso. Lo que ahora llamamos Pakistán siempre lo fue. Un confuso mosaico de étnicas amalgamadas por el islam y por la dominación británica durante casi un siglo. Un país que no tuvo su Atatürk. Llegan pocas noticias de allí, más allá de atentados suicidas. Pero van pasando cosas. Allí, como en muchos otros lugares, se libra una lucha. Entre el progreso y la Edad Media. Entre la razón y la fe. Entre los hombres y sus dioses.

Una ley terrorífica, contra la blasfemia, dicen. Una mujer que iba a ser ejecutada porque, dicen, había ofendido a Mahoma. Como si ello fuera posible. Un gobernador, Salman Tasir, de la provincia de Punyab, que se opone a la irracionalidad de matar a un ser humano porque algunos otros seres humanos consideran que ha ofendido a quien lleva muerto catorce siglos. Una Liga, llamada Musulmana, que ofrece 150.000 euros a quien acabe con el gobernador. Un escolta traidor, fanático y enloquecido por una concepción extrema de su fe, lo asesina. En el nombre de dios. Más de veinte tiros, todos ellos por la espalda. En el nombre de dios.

Pequeños gestos, una muerte tras otra, que van deslizando a aquel país hacia el infierno de la Edad Media. Un mundo gobernado no por dioses, eso es imposible, sino por sus representantes en la tierra. Una cierta élite de carácter liberal, que sabe que lo mejor para que un pueblo progrese son escuelas, y no madrazas o iglesias. Una élite cada vez más pequeña y cada vez más aislada.

Hay sitios en los que la mejor salida para cualquier persona con cabeza es la emigración.


PS: "A Masson también le impresionó la tolerancia religiosa de Kabul. Mientras que en gran parte del mundo islámico los devotos ni siquiera se avenían a comer con un cristiano, “aquí no hay ninguno de estos problemas o sentimientos”. Cuenta que los armenios cristianos eran más que tolerados, que trababan matrimonios mixtos con musulmanes y musulmanas y ambos grupos asistían a bodas y funerales del otro".

Meyer, Karl E. y Blair Brysac, Shareen: Torneo de sombras: El Gran Juego y la pugna por la hegemonía en Asia central. RBA, Barcelona, 2008. Página 107


PS: En Mérida. Como antes de ayer cenando luz con patatas fritas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ja ja. Me río del comentario tan tópico y manido (y liberal e ilustrado también) del "infierno" de la "oscurísima" Edad Media europea (no conozco Edad Media en Pakistán). Tan falso como un duro de madera.

Dos guerras mundiales, genocidios inimaginables, violencia siempre en aumento, asesinatos, hambre, aborto, divorcios, suicidio a más cada año, terrorismo, droga por demás, caída en picado de la filosofía, de la razón por un puro emotivismo, el arte por los suelos, catástrofes ecológicas, egoísmo, relativismo, nihilismo... Estos son los frutos de los ilustrados s. XX y XXI y de las sociedades sin Dios.

No hay peor ciego...