Relatos
de la España boba que se despide, arruinada, a la espera de que nos inventemos
entre todos un nuevo relato para seguir tirando tras el Rescate. El libro de Sosa Wagner y de Mercedes Fuertes. Primera lectura veraniega en sentido estricto: El Estado sin territorio. Cuatro relatos para articular un discurso
demoledor: la falta de autoridad del Estado en su propio territorio, una falta
de autoridad que es en realidad una de las muestras más evidentes de esa
refeudalización a la que nos enfrentamos desde hace décadas. Y de fondo, como
no puede ser menos, el miedo a la modernidad, traducida en miedo a la
tecnología, en pánico a lo nuclear, en desconfianza
hacia el progreso… El relato del miedo que tan incrustado
tenemos todos en la cabeza.
Algunas
de las historias que se cuentan en el libro son grotescas, como el relato de lo
nuclear, con ese ministro, el tal Montilla,
que firma el pistoletazo de salida para el almacén de residuos y luego, como
presidente de la Gene, se opone a él. El relato de la conexión
eléctrica entre Asturias y la meseta. Dos de los relatos (el agua y los
bosques) narran la apropiación por parte de los feudos autonómicos de lo que es
común. El desastre de compartimentar la gestión espacios naturales, como el de
los picos de Europa, tras una nefasta sentencia del Constitucional. O la barbaridad de fragmentar la gestión
de las cuencas hidrográficas, un modelo de gestión copiado en todo el mundo. Detrás no hay nada. Hay solo afán de
poder. No se gestiona mejor el Guadalquivir desde Sevilla o el Duero desde
Valladolid. Es mentira. Como no es real que se gestione mejor un espacio
natural desde las capitales regionales.
Los
gobiernos autonómicos eran gobiernos de mentira, puestos en marcha para
satisfacer lo que Ignatieff
definió en su momento como “el narcisismo de la diferencia menor”. El problema,
como queda claro en el libro, no es que fueran de mentira, o que fueran
derrochadores (que en realidad no lo son tanto, pero ya hablaremos de eso…), el
problema es la absoluta deslealtad con la que se han comportado respecto tanto
del Estado como de resto de Comunidades.
Y
sin lealtad no hay nada. Ni en política ni en ningún otro ámbito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario