17.9.08

Está en el aire

Los espacios de libertad no son sencillos de conseguir. Ni de mantener. La libertad negativa, de la que habló Berlin. El mundo moderno, básicamente desde el siglo XX, se han ido convirtiendo en un espacio antipático en el que los entornos de libertad se ven amenazados por un totalitarismo que podríamos denominar blanco. En algunos casos es sólo un autoritarismo, pero en otros la distancia hacia lo totalitario es breve.
Algunos ejemplos
- En la España de Franco, perder el acento catalán para no tener problemas en el trabajo.
- En el País Vasco constitucional, llamar activistas a los terroristas si
quieres conservar tu puesto de trabajo en la etebé.
- En los Estados Unidos, no amar a tu país.
- En Cataluña moderna, no ser suficientemente
patriota.
- En la Universidad Pública, ser un
outsider.
- En Arabia Saudí, no ser creyente.
- En la España de hoy, reírte de la IIª República y de sus santones laicos.
- En Castilla y León, ser de Izquierda Unida.
- En el norte de Navarra, ser de la upeene.
- En Gerona, ser de
Ciudadanos.
- En la España postmoderna de hoy, ser católico
- En la Santa España de los años cuarenta, ser agnóstico o ateo.

Y uno reivindica el derecho de los catalanes en la España de Franco a hablar catalán, el de los periodistas de etebé a llamar etarras a los asesinos, el de no ser patriota en Estados Unidos, el de no ser catalanista en Cataluña, el de ser César Vidal y escribir lo que quiera, el ser ateo ahora o en la España de Franco, el hacer bromas sobre los maestros republicanos (amigos franquistas, hay que joderse), el ser comunista en Zamora, españolista en Echarri Aranaz, antinacionalista en Gerona, católico hoy en día…
El individuo, lector, se construye con esfuerzo contra lo colectivo, al que no agradan las expresiones de individualismo. Uno pone el yo donde sólo está el ello. Y así vamos haciendo. Y por eso la gente suele más interesante cuando nada contra la corriente. Porque ahí hay un discurso que elaborar, más allá del de la tribu.
Pero uno, a veces, vive en un sitio en el que nadie tiene que pedirle que se autocensure. Ese es el gran éxito del fascismo blanco, de lo políticamente correcto de los socialistas de todos los partidos.
Es su victoria.
Y nuestra derrota.


PS: Nikolai Svanidze, a Russian journalist who works for a state TV channel, admits: “There is no person who tells [me] what you can and what you can´t do. It is in the air. If you know what is permitted and what is not, you´re in the right place. If you don´t, you are not”.
The hand that feeds them”. The Economist. Número 8592, 9-15 de agosto de 2008. Página 27

1 comentario:

Anónimo dijo...

Magnífico post. Como decía Lord Acton "Siempre fue reducido el número de los auténticos amantes de la libertad...". Y sigue siendo cierto.
Es muy descorazonador comprobar como aquellos que reclamaban libertad para esto o lo otro son los primeros en conculcarla en cuanto pueden. ¿Será la naturaleza humana, o la miseria del poder?

Cuenta Arthur Koestler en la novela Espartaco como cuando éste conduce a los esclavos a la libertad le preguntan - Si ahora somos por fin libres ¿cuándo tendremos esclavos como tienen los hombres libres?