26.9.08

Metáforas y la inyección como respuesta

No sé qué es más patético estos días.
Si ver a los telediarios explicar la crisis con el mismo nivel de comprensión con el que lo haría un niño de cinco años.
Si ver y leer a los lanas patrios, gente que aún no ha entendido como funciona la economía, sonreír de manera displicente mientras lamentan la falta de regulación en los mercados.
A veces uno se cansa de tener que explicar obviedades. El mercado no es un sistema perfecto, pero es el que mejor funciona de todos los que hemos sido capaces de concebir. Además, cuanto más libre es, mejor funciona, aunque, como en él participan personas, mucha libertad no asegura la perfección. Son los consumidores los que, guiados por los precios, establecen con sus elecciones quiénes sobreviven y quienes no en los mercados. Las intervenciones públicas, además de ser injustas, envían mensajes equivocados a los mercados; si usted ha errado, pague por ello, porque no es justo que sea el contribuyente el que deba acudir en su rescate. Lo que pasa es que los socialistas de todos los partidos siguen pensando que la vida es una ciencia, que el mundo avanza en una dirección y que para todo hay soluciones y respuestas. Rescoldos aún humeantes de la
miseria del historicismo. Pues no. Puede que se tarde en conocer la causa real de la crisis. Y puede, por supuesto, que nunca sepamos en realidad cuál era la respuesta correcta. Las metáforas son peligrosas: la vida no puede encerrarse dentro de ellas. Por eso las regulaciones no funcionan nunca, y por eso la respuesta a una crisis no es, precisamente, más regulación, sino todo lo contrario...
Bienvenidos al planeta tierra.

PS: "Todas esas casas miran, exclusivamente, al mar y al cielo. Esta es la primera cuestión que no suele comprenderse respecto del paisaje; de lo que llaman la destrucción del paisaje. El único paisaje que cuenta para los que van a ocupar las casas es el sol y la playa. Y un millón de casas no altera para nada el paisaje principal. Todo lo demás es invisible para ellos, en la misma medida en que ellos son también invisibles para sí mismos. […] Los críticos no son usuarios de este paisaje y en realidad no entienden cómo ha podido organizarse".
Espada, Arcadi:
Ebro/Orbe. Tentadero, Barcelona, 2007. Páginas 229-230.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Analizando la crisis e interpretándola, sin disimular la alegría, como el fin del perverso capitalismo, unos sesudos tertulianos en una emisora de radio proponían ¡recuperar el trueque!
Alguno hacía ensoñaciones sobre los pocos días que duró la utopía anarquista en algunos pueblos de España durante la guerra. En fin.
Sin duda ellos se considerarán progresistas.

Jorge Castrillejo dijo...

Atapuerca es el culmen de los rojiverdes.

Unknown dijo...

Pues nada aiga, a mi me parece brillante la idea del trueque, una gran idea. A esos comientaristas al salir de la antena que en lugar del cheque por su brillante actuación, que les regalen un par de sacos de garbanzos de Fuentesauco y unos garrafones de vino de la mancha. Caray, ¿que mas pueden pedir? bueno si el Jaguar, el apartamento en Cadiz y las putas de lujo, esas si que no van al trueque. Pura economía de oferta-demanda-precio-servicio.
Cuanto cinismo. Me recuerdan a los que van a sanabria en BMW y gustan de que los bucólicos y sanos labriegos sigan en sus casas de paja.
Respecto a EEUU, de confirmarse el atentado amenazado por el lumbreras de Paulson, es el premio al choriceo, así también puede ser un chimpancé director de AIG o LB, si te va bien ganas pasta gansa y si no, no pasa nada, lo pagna los contribuyentes.

Anónimo dijo...

El mercado es necesario, pero el mercado por si mismo no es más que lo que estamos viendo: codicia y fracaso. Incluso los liberales históricos afirmaban esto en los tiempos aquellos. Usted no es un liberal, es un neoliberal o neoconservador de tipo extremo. Biren, está en su derecho. Seguiremos votando a los socialdemócratas.

Butzer dijo...

Siempre se ha dicho que no hay receta perfecta.

Anónimo dijo...

El mercado es la expresión de la libre voluntad de los ciudadanos cuando eligen qué comprar. Si los ciudadanos son codiciosos y perversos, ¿quién se encargará de regular los mercados? ¿los marcianos? ¿qué razón lleva a pensar que las personas serán menos codiciosas y no más cuando tengan mayor poder para intervenir el mercado?

Decía Tocqueville "No podemos evitar que los hombres quieran hacerse ricos, sí podemos evitar que lo hagan ilegalmente"

Llama la atención que se culpe al libre mercado en una situación en la que los Estados en Europa controlan de media el 45% de toda la riqueza que se produce. Si eso es libre mercado ¿qué es intervención?

Anónimo dijo...

Creo que debería sustituir el concepto de regulación que rechaza por el de por intervención.
La regulación de cualquier mercado, como de la vida misma (mediante el Derecho), es necesaria.

Anónimo dijo...

Mercado libre! No a la intervención del Estado para salvarlo. Que se salven ellos solos. Mercado libre! Esto es capitalismo salvaje para los pobres y socialismo para los ricos, que siempre se quedan con lo mejor. Mercado libre!