23.10.20

Juderías (II) la vida

Algunas notas más sacadas del exhaustivo libro de Luis Español, del que procede toda la información que cuento aquí. Julián Juderías nació en Madrid, en la casa familiar de la calle Goya, en septiembre de 1877. Nació en un entorno cosmopolita, con una madre francesa, Enriqueta Loyot, y una abuela paterna también francesa pero de origen alemán. Quizá eso explique su don de lenguas. Venía, ya lo vimos, de una familia en pleno ascenso social. Al morir su abuelo Juderías, su padre Mariano -un conocido periodista y traductor- heredó una buena suma de dinero, pero no debió de administrarlo bien... Hizo el bachillerato y viajó desde joven, entrando con apenas diecisiete años como joven de lenguas en el ministerio de Estado. 

Su padre muere en 1900 y Julián durante los siguientes años viaja por Europa por trabajo: París, Alemania, Rusia... En 1905 se casa con su novia de toda la vida, Florinda Delgado, hija de un oficial que murió en Cuba y que era de Santibáñez de Vidriales -viento burgalés, vino vidrialés y cura sanabrés...- Al año siguiente nace su hija Clementina y Julián se va haciendo un nombre en la vida literaria y cultural de Madrid. En 1914 publica su obra más famosa, La leyenda negra, y recibe varias condecoraciones, como la Medalla de Oro penitenciaria en 1915 y académico de la Historia en la primavera de 1918...

Ese año se romperá todo. Contrae la Gripe Española y en junio de 1918 muere en su casa de la calle Preciados. La situación en la que queda la familia es dramática: una pensión para la viuda que apenas supone la décima parte de lo que ingresaba mensualmente la familia. Al entierro acude el todo Madrid de la época y en seguida surge la iniciativa de una suscripción popular lanzada por El Debate, periódico en el que colaboraba. ABC se suma a la iniciativa y empieza a llegar el dinero: el Senado aporta 2.500 pesetas, SM el Rey, el diario El Debate y la Marquesa de Comillas 1.000 cada uno... Al acabar la cuestación se entrega a la viuda casi 30.000 pesetas, el equivalente al sueldo de cinco años de Juderías. 

La mujer, Flor, se volvió local y acabo su vida, anciana, en un psiquiátrico en los años sesenta. Su hija Clementina Juderías, en cambio salió adelante gracias a la ayuda de Federico Reparaz, amigo de su padre, estudió y se casó el 12 de octubre de 1931 con Fernando Colmenares con el que tuvo cuatro hijos y varios nietos, falleciendo en Madrid en el verano de 1978. 

La vida, que no se detiene

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